Posgrado

HOMBRES INJURIADOS, HONORES MANCILLADOS.
IRRESPETOS Y DESACATOS A LAS AUTORIDADES EN SAN JUAN DE GIRON, 1788-1810.


1. EL HONOR: UNA RECOMPENSA.

Durante el periodo colonial el orden social se sustentaba básicamente en el , así los privilegios derivados del proceso de conquista y colonización se convirtieron en elementos fuente de éste. Dicho reconocimiento, poco a poco, se fuetraduciendo en derechos que permitieron que ciertos individuos y grupos se distribuyeran ventajosamente los recursos productivos y entraran a controlar, e incluso a monopolizar el poder político local; por esta razón, a pesar de que todos los habitantes de los territorios americanos recibieran el carácter de , que hiciera pensar en una cierta o pretendida igualdad de condiciones, la realidad era que lacorona abogaba por la construcción de un sistema de diferenciación social que beneficiaba tanto a los particulares, como a ella misma. De un lado fidelidad, subordinación y defensa de los intereses reales y del otro, expectativas de riqueza material y la legitimación institucional de preeminencias y privilegios.

Uno de estos privilegios fue la obtención de un cargo u oficio administrativo comomedio de exaltación de los meritos adquiridos generación tras generación, pero además, como carácter de exclusividad; entonces, la elección para ocupar un lugar en el esquema de gobierno colonial se percibía como la mejor manera de recompensar la calidad de un individuo. Un cargo u oficio era pues un premio que traía inscrito beneficios traducidos en posibilidades de distinción, reputación, status,pero sobre todo poder. Este poder y su ejercicio iban acompañados de calidades subjetivas que aumentaban el valor del individuo ante el resto de la sociedad, en otras palabras, acrecentaban su honor y sus opciones de influir en los rumbos políticos, económicos, culturales, etc., de los miembros de su círculo social.

Esta concepción se presentaba porque las autoridades exhibían la pretensión deencarnar los valores humanos de la sociedad que gobernaban, ; consecuentemente pretendían el derecho de conferir honores, de lo que surgía que a quienes la autoridad honraba eran, según la misma autoridad, honorables, de esta manera, el sentimiento del honor del cargo inspiraba una conducta que era honorable, la conducta recibía reconocimiento y establecía reputación, y la reputación erafinalmente santificada por la concepción de honores, en este caso la de ejercer un cargo real o prestar un servicio a la corona. Así, como expresa Pitt-Rivers “honor sentido pasa a ser honor pretendido, y honor pretendido pasa a ser honor reconocido”[1]

Ser reconocido para un empleo o cargo administrativo concedía , pues significaba en primer lugar, la posibilidad de dirigir los rumbos de la “patria”,en otras palabras, de gobernar los destinos de los súbditos adscritos a la corona española y, en segundo lugar, ascender en la pirámide social y así estar un escalón más cerca de la figura real. Siguiendo a Bourdieu, este acto de asignación puede entenderse como un acto real de institución, que significa a alguien su identidad, ya que, “instituir, [es] asignar una esencia, una competencia, esimponer un derecho de ser que es un deber ser (o un deber de ser). Es significar a alguien lo que es y significarle que tiene que conducirse consecuentemente a como se le ha significado”; por tanto, el acto mismo de asignación a un cargo regio, como acto de institución, debe reconocerse como la entrega de una investidura que sanciona y santifica la diferencia, mediante el conocimiento y reconocimientode esta por el agente investido y por los demás:


…en primer lugar por que transforma la representación que los demás agentes se hacen de ella y, quizás sobre todo, los comportamientos que adoptan respecto a ella; y, además, porque al mismo tiempo transforma la representación que la propia persona se hace de ella misma y los comportamientos que se cree obligada a adoptar para...