Post Trauma Suicida

POST TRAUMA SUICIDA
Por Leonardo Fabio Velasco

Tratar el tema de la muerte en todas sus circunstancias para el ser humano
resulta nada agradable. Si resulta tortuoso aceptar el fallecimiento de una
persona afectada por una enfermedad degenerativa, donde las esperanzas
todas son mínimas. La no llegada de un hijo al momento de nacer por
complicaciones del parto. El desenlace fatídico dentrode un accidente
automovilístico y en aquellas adversidades por la agresividad de la naturaleza
con un poder implacable. Las Sagradas Escrituras nos dan fe de que la muerte
termina dejando tanto dolor, que el mismo Hijo de Dios lloró profundamente por
la pérdida de una persona valiosa como lo fue su amigo Lázaro (Jn 11.45).
La vulnerabilidad ante el dolor es innegable ontológicamente del serhumano.
El dolor por una traición, por enfrentar el fracaso, por el rompimiento de una
relación matrimonial, por la pérdida de un trabajo entre otras condiciones
agónicas de la persona. Así como es la total realidad de una sonrisa, tiene la
misma dimensión inherente en el hombre o la mujer, el vivir instantes en torno
a una tragedia desencadenadora con tan elevada carga emocional inmersa enel dolor.
Es un maremágnum de reacciones que irrumpen desde lo psíquico hasta la
esfera de las emociones. Las alteraciones sentimentales hacen de los que
padecen aquel mar de tormentas, con cuestionamientos lacerantes donde el
conato de todo ello, es representado en su grado de culpabilidad. Esa
culpabilidad estará a la puerta de una tragedia independiente, de la causa y los
resultados, sinembargo, no podemos desconocer que entre más grande el
dolor es mayor el sentimiento de culpa. Las personas más cercanas a la
víctima se confrontan entre las miles de probabilidades para haber impedido el
deceso.
En torno al mundo de la agónica tristeza emergerán interrogantes como un
camino mediático para subsanar en algo. Ese cuestionario pretende llegar a los
móviles responsables de unaetapa en la vida nada apetecida; entre más se
ahonde queriendo llegar al fondo de la situación, trae para consigo un conjunto
de mayores sentimientos de rechazo a la realidad, una resistencia para
aceptar lo que vive, un desprecio desencadenador desde lo divino hasta lo
humano. Todos son los culpables de esa tragedia, hay un enceguecimiento
absoluto que impide concebir la pérdida del seramado, y entre mayor el grado
de parentesco así mismo es la crisis.
Cuando la muerte llega a un núcleo familiar y lo ocasionado tiene que ver con
circunstancias cuestionadas por la sociedad, esto como estigmatización socio
cultural por no estar dentro del marco correcto aprobado legítimamente; hace
mayor la tragedia, al verse sometido a un silencio sepulcral, tener que callar
que evite serescarnio público para no sentir vergüenza. Citar el caso de un hijo
que se dedicó a la delincuencia, o un familiar que muere por contagio de
enfermedades infecto contagiosas sexuales, o por sobre dosis de sustancias
alucinógenas etc. A la agonía que hay en el alma por ver más esa persona, se

suma tener que recurrir a la reserva como una forma de preservar una buena
imagen, aun estando muerta esapersona.
Las personas que siguen vivas pero con la muerte como compañera viven un
cociente fruto de la rabia contra quien se fue de su lado; esa ausencia que no
podrá suplirlo ninguna otra persona, menos objetos o cambios de vida. Por una
cantidad de tiempo, más bien a lo largo de la vida, se sentirá el vacío
interminable, y habrán lapsus del diario vivir, donde nazcan reacciones dedesprecio hacia quien ya no está.
¡Cómo has podido hacerme esto! ¡Ahora esta vida sin usted ya no tiene
importancia! Expresiones con el mismo sentimiento de ira, indignado al
abandono que no esperaba dentro de su proyecto de vida, enfrentar soledades
y desganos para no vivir igual antes de la muerte. Una demostración de
desilusión, abandono al igual como desprecio, viene contra las personas que...