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Cristina Corea Post mocositos? Presencias, fantasmas y duendes en la clínica con niños y adolescentes de hoy Juan Vasen Lugar Editorial, Bs. As., 2000 22-05-00 Comentario de libro

Presentación de ¿Post mocositos? Presencias, fantasmas y duendes en la clínica con niños y adolescentes dehoy

2. Voy a hablar de algunos puntos de vacilación producidos en el texto. Más precisamente: de una especie de desacople entre las hipótesis de partida y las conclusiones que el libro le propone al lector. Semióticamente, esa vacilación es atribuible a las diferencias enunciativas del texto. En ¿Post-mocositos? se produce una dispersión de voces, y esa dispersión, que produce los desacoplestextuales interroga, de modo casi sintomático, la actualidad misma del Psicoanálisis de niños. 3. Ante todo les aclaro que Juancho padece del síndrome de triple personalidad. La firma Juan Vasen, tras su unidad aparente, encierra tres subjetividades, tres posiciones de enunciación diferentes en el texto: una voz que explica la teoría psicoanalítica, una voz que relata experiencias, una voz que sacalas conclusiones del texto. Las voy a llamar voz del saber científico, voz de la experiencia clínica, y voz de la prescripción moral. Ahora bien, este problema de la triple personalidad de Juancho, no lo voy a tratar clínicamente, eso se los dejo a ustedes. Lo voy a tratar, como me corresponde, semióticamente. Porque para nosotros, los desacoples enunciativos no serían problemas de la patología deJuancho sino, en todo caso, de la del discurso Psicoanalítico. Concretamente: si el libro exhibe una diferencia notable entre la audacia de las hipótesis iniciales y la recaída de las prescripciones del epílogo, no dudo en otorgar los méritos de la audacia a Juancho y el déficit al discurso Psicoanalítico; esa recaída está indicando, según nos obliga a inferir el libro, cierto anacronismo deldiscurso psicoanalítico en el campo de los post-mocositos. Trataré de argumentarlo. 4. El libro de Juancho es libro bien psicoanalítico: está lleno de implícitos. Sin embargo, no todos los capítulos están afectados de implicitación. Tenemos los relatos de experiencias, tenemos los relatos clínicos, tenemos el hermoso relato de la experiencia con mocosos en el Zoo. ¿Qué sucede en ellos? ¿Por qué esosmaravillosos relatos no apelan a una suposición compartida? Porque allí el sujeto de la enunciación es sujeto de una experiencia y no el glosador de una teoría. No es casual que los enunciados que susciten diálogo, réplica, pensamiento, sean esos y no los “difíciles”. Como ven, tengo posición tomada sobre el libro. Porque es precisamente en esos capítulos en los que se hace más fuerte la posiciónde enunciación, en los que aparecen las intensidades y las vacilaciones que enriquecen el texto, que quedan dando vueltas en el recuerdo y haciendo pensar. En consecuencia, la presencia de voces distintas en este libro
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No voy a hacer un elogio del libro sino un diálogo. El elogio monologa, postula una unidad entre el libro y su lector. Eldiálogo, por el contrario, obliga a situar un punto de diferencia, de vacilación, de vacío: sólo en ese sitio emerge un diálogo verdadero.

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estaría indicando la inexistencia de una posición de enunciación capaz de dialogar con los post mocosos. No hay voz adulta capaz de escuchar a los niños actuales. Y les voy a decir en qué sentido, porque que los niños de ahora sean divinosno significa, seriamente, nada. 5. Voy a leer la hipótesis más fuerte del libro: “Y si bien los soportes institucionales que hacen al niño tienden a ir ausentándose de la escena, hay interrogantes, procesos y dimensiones de la subjetividad que se mantienen a resguardo de la intrusión descarnada del presente. Siempre y cuando haya pradres y no “sponsors” o botellones de clonación. Siempre y...