postmodernidad

Nº 2 CARTA TERCERA: QUÉ SEA LA MODERNIDAD (FI1 12-I)

Querido Carlos

Supongo que estarás fácilmente de acuerdo conmigo si te digo que nuestra época está confusa ante sí misma, y llena de perplejidades. Los vientos ilustrados que han soplado en Europa desde comienzos del siglo XVII han terminado por barrer las referencias estables. No hay consenso sobre ningún conjunto de verdades. Nohay base común en la que educarse. Los pensadores suelen hablar desde puntos de vista muy reduccionistas: son deudores de maestros poco representativos en un conjunto de sistemas de pensamiento extraordinariamente variado.

Hoy es muy fácil ceder a la tentación del escepticismo: hay demasiadas interpretaciones posibles acerca del mundo. Y muchas de ellas son mutuamente excluyentes o, al menos,se ignoran.

Si quieres comenzar a entender el actual estado de cosas debes volver la vista atrás, a los siglos anteriores. Aficiónate a la Historia. Dicen que e la maestra de la vida. Y es verdad.

Entender el presente es entender la Ilustración. Y al revés: no entender la Ilustración es no entender el presente. Ten por completamente imprescindible disponer de un diagnóstico claro acercade ella. Puedes considerarla como una parte de la Modernidad. Diríamos que es su magno proyecto.

Pero no se encierra en el siglo XVIII. Hay que comenzar antes. Caben las visiones globales. Son las que debes buscar. Lo que te voy a contar ahora es sólo un esquema para empezar, unos carriles para que tú vayas añadiendo.

La modernidad comenzó en la primera mitad del siglo XIV. No tesorprenda el dato. Fue entonces cuando la filosofía puso las bases del magno proyecto. Guillermo de Ockham fue quien declaró que el hombre era incapaz de conocer a Dios racionalmente. En el mundo medieval esto supuso una enorme tormenta, porque siempre se había pensado lo contrario: el hombre puede aspirar a lo supremo, puede conocerlo. Así pensaron los griegos, y así pensó Tomás de Aquino:podemos aspirar a un óptimo que se encuentra más allá de nosotros mismos: sería lo supremo, Dios. Para los clásicos, pre-cristianos y cristianos, la naturaleza humana permitía y predisponía a llegar a ese óptimo: «El bien es aquello a que todas las cosas tienden», dijo Aristóteles. Y añade que hay un bien que «es bueno por sí mismo». Ese bien supremo es Dios, nuestra felicidad. El hombre es capazde ser feliz, aspira naturalmente a serlo, aunque muchas veces no lo consiga.

Ockham y los nominalistas decidieron un recorte: el hombre no puede acometer semejante tarea. Leonardo Polo, a quien llamo mi maestro, suele decir que ellos instauraron la vigencia del principio del resultado: Dios es demasiado alto, está demasiado lejano para que nosotros podamos amarle y alcanzarle. El hombre debecontentarse con menos. Se restringe el horizonte. Se propone que hombre aspire sólo a lo que efectivamente puede alcanzar con sus propias fuerzas, sólo vale aquello de lo que soy efectivamente capaz: el resultado. Lo demás está en las nubes. Sólo puedo intentar resultados.

Fíjate que esto es la primacía de la eficiencia desnuda, de la eficacia. El hombre seria un simple dinamismo a labúsqueda de configuración. Lo primero sería la acción, la fuerza, no la dotación previa que uno tiene, la naturaleza. Lo único accesible al hombre es aquello que su dinamismo puede alcanzar. Y si el dinamismo fracasa, entonces no somos nada. El hombre es un miserable: su felicidad no está asegurada en absoluto. Esto ya lo afirmó Lutero: somos seres aptos para estar en este mundo en situación deabsoluta miseria. Ésta es una tesis que algunos de los modernos (Marx por ejemplo) han expuesto con rotundidad.

El nominalismo creó el clima intelectual en donde se formó el segundo gran personaje, a comienzos del siglo XVI: Martín Lutero. No te extrañe. Es uno de los mayores protagonistas de la modernidad. (…) Supuso un cambio muy grande en el modo de vivir la religión cristiana. No sólo...