Potenciar la memoria
En ocasiones no recordamos algo porque no lo hemos interiorizado correctamente.¿Cómo evitarlo? Reforzando la fase de codificación, es decir, la de “grabación” de los datos, y la de retención. Para ello podemos recurrir a algo tan simple como:
Prestar la máxima atención a la información que queremos captar.
Retenerla utilizando mecanismos como la asociación, por ejemplo vinculando el nombre de una persona con el de un lugar o un objeto. Visualizar, es decir, ver mentalmente loque deseamos recordar. Repetir en voz alta lo que queremos recordar. Categorizar la información: por ejemplo, agrupándola por actividades, y clasificándola inmediatamente cuando llega a nuestras manos.
RECORDAR NOMBRES Y NÚMEROS
Las técnicas de memorización son muy eficaces para memorizar y evocar datos. ¿Cómo podemos utilizarlas en el trabajo? Harry Lorayne, autor de best sellers sobreentrenamiento de la memoria, las recomienda, por ejemplo:
Para recordar nombres. Se sustituye un nombre por un objeto o concepto. Cuanto más absurda sea la relación mejor. Es fácil, para recordar al Sr. Sierra lo sustituimos por ese objeto y asociamos una cosa con otra visualizándolas (el Sr. Sierra serrando). ¿Pero qué pasa si se apellida Cidiño? Entonces lo recordaremos simplemente por su rareza o bienal descomponer la palabra y sustituirla por otras: ciudad de los niños. La clave es dar significado a lo que no lo tiene.
Para recordar números podemos asociar del 1 al 10 al alfabeto, aprender de memoria la equivalencia y luego construir palabras. Por ejemplo si t=1, r=4, O=0, n=2 y c también=0, cuando el Sr. X está serrando un t-r-o-n-c-o recuerdo que el código de cliente del Sr. Sierra es el14020. ¿Rebuscado? No tanto, es muy útil cuando hay que recordar muchos nombres y cifras. Pero requiere práctica y repetición, otra de las claves para recordar.
ESTRÉS Y MEMORIA
Está demostrado que el estrés, entendido como tensión, afecta negativamente a la memoria porque dificulta el procesamiento de información nueva. Pero concretamente a la memoria a corto plazo, esa que nos permite, porejemplo, retener durante unos segundos un número de teléfono o una cara.
Para evitar que la tensión afecte a la memoria, Colomán Navarro, doctor en Psicología y profesor de las Escuelas de Trabajo Social y Educación Social de la Fundación Pere Tarrés, recomienda:
Diseñar un entorno que facilite la concentración. Planificar muy bien el tiempo. Distribuir el trabajo adecuadamente, pues un exceso detareas puede llevar a la pérdida de control y, a partir de ahí, a los errores. Anotar las tareas en la agenda –no confiar sólo en nuestra memoria.
Cumplir los objetivos marcados.
Todo esto nos va a proporcionar seguridad y tranquilidad, con lo que el riesgo de padecer estrés disminuye y nuestro rendimiento aumenta.
El estrés que podemos controlar y ese que nos mantiene alerta antes de hacer unexamen o entregar un trabajo es bueno porque agudiza los sentidos. En palabras de Colomán Navarro, “facilita la activación de los circuitos neuronales responsables de emitir respuestas, es decir, de actuar, de poner en práctica lo que ya sabemos”.
El estrés “malo” es el que se convierte en crónico a causa de un proceso de ansiedad continuada. Y ese además afecta a la memoria a largo plazo - la quefija datos en el cerebro gracias a la repetición -. Esto sucede si no podemos controlar momentos de tensión que deberían ser puntuales y pasan a ser habituales o cuando una situación de incertidumbre se prolonga sin que sepamos cómo acabará.
Un par de ejemplos en el trabajo son: la sobrecarga continuada de tareas y la falta de comunicación en la empresa. Por ejemplo si ésta toma decisiones...
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