Poweroff
Páginas: 42 (10346 palabras)
Publicado: 15 de noviembre de 2012
por FERNANDO ADRIAN HEÑIN
I.- INTRODUCCIÓN
Dentro de los ejes de la garantía del debido proceso encontramos el dictado de una sentencia que llegue en tiempo oportuno, que sea justa y que a su vez pueda hacerse efectiva, como también que las falencias sobre tales puntos son los principales reclamos de la sociedad hacia elServicio de Justicia. Para lograr aquéllos propósitos uno de los principios que deben respetarse es, sin lugar a dudas, el de moralidad en el proceso civil, caso contrario muy difícilmente se puedan conseguir los mismos. Es decir, como conclusión preeliminar, un obrar contrario a dicho principio incidirá en alguno de los tres grandes problemas del proceso actual -o muy seguramente en todos a la vez-.Sin dudas que estamos en presencia de un deber por el interés en la paz social perseguido por el proceso civil moderno (fin mediato del mismo) al ejercer el Estado el monopolio de la administración de justicia. Si, por el contrario, se autorizase que la dilucidación de los conflictos entre particulares sea efectuada por normas prescindentes del tinte moral, se estaría dejando al total yabsoluto arbitrio de los particulares la forma de presentar no solamente el conflicto sino su solución al órgano jurisdiccional; es decir se estaría violentando el principio de autoridad del Estado, ya que este no podría cumplir con el propósito constitucional de afianzar la justicia dando repuesta a los conflictos judiciales, sino en la forma en que fueran que los particulares quisiesen,otorgándose la posibilidad de que triunfe el más hábil y malicioso y no quien abrace la razón.
Un clásico concepto de este principio lo ha dado Clemente Díaz al decir que es el conjunto de reglas de conducta presididas por el imperativo ético a que deben ajustar su comportamiento todos los sujetos procesales. La buena fe, lealtad, veracidad y probidad son predicados que se involucran en el principiode moralidad; inclusive son concreciones positivas de la legislación en materia de moralización del proceso.[1]
En esta ponencia pretendemos desarrollar la problemática actual de este deber, evitando por razones de orden y economía, referirmos a los temas puntualmente asignados a otros Ateneístas, tales como “La proscripción del Abuso Procesal”, el recurso “ad infinitun” y el “Clareloqui”.
Otra cuestión esencial a tener en cuenta es que las violaciones al citado deber pueden provenir tanto de las partes o sus letrados -único deber que las mismas tienen stricto sensu- como también del órgano jurisdiccional y de los demás auxiliares de la justicia (testigos, peritos, intérpretes, oficiales de justicia, demás funcionarios y empleados, etc.).
Además creemos debeotorgársele al precitado principio en estos momentos una importancia mucho mayor que a la de costumbre, derivada de que la crisis moral que atraviesa nuestra sociedad y cada día que se agudiza aún más y que se concretiza en la anomia existente. Ello determina, por una parte, el estar más despiertos ante la posibilidad de conductas deshonestas -antes tal vez eran la excepción-, como asimismo que el procesojudicial no puede quedarse de brazos cruzados ante casos donde se advierta la verificación de tales conductas indebidas, sino que debe sancionarlas de las maneras que corresponde. Además, si normalmente decimos que las sentencias tienen también una función docente, ¿cómo soslayar el incumplimiento de las reglas morales en el último camino que le queda al justiciable para lograr la satisfacción desus pretensiones?. En último término el improbus litigator tiene que saber que el obrar incorrecto a la larga es un mal negocio.
En estas líneas nos referiremos en forma indistinta al principio y al deber de moralidad, ya que se trata de un concepto que reúne ambos caracteres. Es principio ya que, a nuestro juicio, sin su presencia no podemos hablar de debido proceso -no podemos...
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