Practica
He ahí, en esa cámara mortuoria, un alma solitaria incapaz de comprender. Y no puede comprender, porque el hombre que yace en ese lecho se negó rotundamente, durante su vida terrenal, a creer en una supervivencia después de la muerte del cuerpo físico y, debido a eso, nunca se ocupó seriamente de ese pensamiento, burlándose siempre de cuantos hablaban de ello.
Desconcertado, mira a sualrededor. Se ve a sí mismo en su lecho de muerte, ve a personas conocidas que lloran por él, oye las palabras que pronuncian, siente perfectamente, por sus lamentaciones, el dolor que experimentan porque él ha fallecido. Le dan ganas de reír y grita que vive todavía. Los llama… y, estupefacto, se percata de que no le oyen. Llama una y otra vez, grita más y más… pero los hombres siguen sin oírle,continúan lamentándose. La angustia empieza a hacer presa de él. Y sin embargo, él escucha claramente su propia voz, siente perfectamente su cuerpo.
Oprimido, vuelve a llamar a gritos: nadie se da por aludido. Todos contemplan llorosos el cuerpo inerte que él reconoce como el suyo propio, pero que, de repente, se presenta como algo extraño, algo que ya no le pertenece; pues, efectivamente, sehalla junto a su cuerpo, libre de todos los sufrimientos que había padecido hasta entonces.
Con ternura, pronuncia el nombre de su esposa, arrodillada junto al que fue su lecho. Pero el llanto no cesa; ni una sola palabra, ni un solo gesto da a entender que le ha oído. Desesperado, se acerca a ella y la sacude vigorosamente por los hombros: ella no nota nada. Ese hombre no se da cuenta de que tocay sacude el cuerpo etéreo de su esposa, no el cuerpo físico. Y su mujer, que, como él, nunca ha pensado en que existe algo más que el cuerpo terrenal, tampoco puede sentir su contacto con el cuerpo etéreo.
Un inefable sentimiento de angustia le hace estremecer. Una desoladora sensación de abandono le aprisiona contra el suelo, su consciencia se desvanece.
Lentamente, vuelve en sí, despertadopor una voz que le es conocida. Contempla cómo el cuerpo que él poseyó en la Tierra está tendido entre flores. Quiere huir, pero le resulta imposible alejarse de ese cuerpo inerte y frío. Siente claramente que aún está atado a él. Pero otra vez se deja oír la voz que le sacó de su sopor. Es su amigo, que está hablando con otro. Ambos han traído una corona de flores y conversan entre sí mientras ladepositan. Nadie más se encuentra allí.
¡El amigo! ¡Tiene que llamar su atención y la del otro, ellos que tantas veces fueron sus queridos huéspedes! ¡Tiene que decirles que, por extraño que parezca, aún hay vida en él, que puede oír todavía lo que hablan los hombres! ¡Grita! Pero su amigo sigue hablando tranquilamente con su compañero. Más que dice recorre sus miembros como un escalofrío ¿Es esesu amigo? ¡Así es como habla de él ahora!
Estupefacto, presta atención a las palabras de esos hombres con los que ha tomado tantas copas, con los que tanto ha reído, que tanto bueno dijeron de él cuando estaban sentados a su mesa, cuando frecuentaban su hospitalaria casa.
Marchan esos y vienen otros. ¡Qué fácil le resulta ahora conocer a los hombres! Muchos de los que tenía en gran estima lecausan ahora repugnancia e indignación; mientras que daría muy gustosamente un agradecido apretón de manos a otros a los que nunca había prestado la menor atención. Pero, a pesar de que gesticulaba y gritaba desaforadamente para demostrar que vivía, nadie le escuchaba, nadie notaba su presencia.
Un gran cortejo acompaña al cuerpo hacia la tumba, y él va sentado a horcajadas sobre el ataúd. Llenode amargura y desesperación, no puede hacer otra cosa más que reír, reír hasta no más poder. Pero esas risas dan paso rápidamente a un profundo decaimiento; una gran soledad se abate sobre él. Se siente cansado… se queda dormido –
Al despertar, todo está oscuro a su alrededor. No puede determinar cuánto tiempo ha dormido, pero nota que ya no puede estar atado a su cuerpo terrenal como hasta...
Regístrate para leer el documento completo.