Presentacion

Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicio 49
Salvador Rodríguez
Libro: La Divina Comedia
Autor: Dante Alighieri
Francisco Alberto Ramírez Toscano
4s C



El Infierno
Justo a la mitad de mi existencia me hallé en una selva oscura, debido a que me aparté del camino recto. ¡Ah!, qué penoso me sería explicar lo bestial, inhóspita y densa que era esta selva, cuyorecuerdo revive mi temor, un temor aún más doloroso que la muerte.
No obstante, al arribar al pie de una cuesta, donde finalizaba el valle que tanto atemorizaba mi corazón, miré hacia arriba, y advertí que su cúspide se encontraba ya bañada por los rayos de la estrella que nos guía con certidumbre por todas las rutas.
Luego de descansar un poco, seguí subiendo por la desierta playa, intentandoapoyar firmemente aquel de mis pies que se encontrara más abajo.
Se me apareció una pantera ágil, de raudos movimientos, cuya piel estaba manchada. No se apartaba de mi vista, al contrario, obstaculizaba de tal manera mi camino, que muchas veces tuve que recular. Despuntaba el alba, y el sol iniciaba su ascenso escoltado por aquellas estrellas que lo acompañaron cuando el amor celestial imprimióel primer movimiento a todas las cosas hermosas. Ese momento tan agradable me permitió pensar bien de aquella bestia de piel manchada.
El fuego que salía de sus ojos me causó una gran conmoción, que perdí la ilusión de llegar a la cúspide.
Mientras yo retrocedía hacia el valle, apareció un sujeto , quien por su prolongado silencio daba la impresión de estar mudo. Inmediatamente de que lo vi enaquel enorme desierto, le dije:
-Apiádate de mí, quien quiera que seas, silueta u hombre real.
-No soy ya hombre – contestó - ; pero, lo he sido. Mis padres fueron lombardos y Mantua fue su patria. Nací “sub Julio”, aunque tarde, y vi a Roma cuando era gobernada por el piadoso Augusto en tiempos de dioses falsos.
Tú eres mi maestro y mi autor preferido; tú sólo eres aquél de quien he copiado elmagnífico estilo con que he conseguido tanto decoro. Divisa esa bestia que me ha obligado a recular; sálvame de ella, reputado sabio, porque de sólo ver su apariencia, se agitan mis venas y palpita con aceleración mi pulso.
Es tan perversa y brutal que jamás ve satisfechos sus mezquinos deseos, y luego de tragar tiene más hambre que antes. Muchos son los animales a los que une, y serán aúnmuchos más hasta que llegue el Mastín y la haga perecer entre tormentos.
El día agonizaba; la oscuridad de la noche invitaba a reposar de sus cansancios a los seres animados que se desarrollan sobre la tierra, y yo sólo me alistaba a sostener las disputas del camino y de las situaciones merecedoras de misericordia, que mi memoria trazará sin confundirse.
-Si no me equivoco- reconoció aquellasombra compasiva-, tu espíritu está traspasado por el pavor, el cual domina frecuentemente al hombre, y tanto, que lo disuade de un propósito decoroso, como una ilusoria sombra hace en ocasiones recular a una bestia, cuando se introduce en la oscuridad.
Yo me hallaba entre quienes se encuentran en suspenso, y me llamó una mujer tan cándida y tan hermosa, que le supliqué me diera sus órdenes.Resplandecían sus ojos aún más que una estrella, y comenzó a decirme con voz candorosa, en su lengua: “¡Oh espíritu amable de Mantua, cuyo buen prestigio perdura aún en el mundo y persistirá mientras su movimiento no expire! Mi amigo, que no lo es de la dicha, se ve tan perturbado en la playa solitaria, que a mitad del camino el pavor le ha hecho recular; y temo (por lo que he escuchado de él en el cielo)que se haya perdido ya, y que yo haya llegado tarde en su ayuda. Anda, pues, y con tus convincentes juicios, y con lo que se necesita para sacarle de su aprieto, ayúdale tan bien, que yo quede sosegada.
“Yo soy Beatriz, la que te ordena partir; procedo de un lugar a donde aspiro retornar: amor me impulsa, y es el que me induce a hablar. Cuando me encuentre otra vez frente a mi Señor, le...