Presunto cul
Escrito por Héctor de Mauleón Sábado, 05 de Marzo de 2011 20:28 - Actualizado Sábado, 05 de Marzo de 2011 20:32
Las jaulas de la justicia
El 12 de diciembre de 2005, sin orden de aprehensión y mientras caminaba por la calle, el comerciante José Antonio Zúñiga, de 26 años, fue detenido bajo el cargo de homicidio. Los abogados Layda Negrete y Roberto Hernándezfilmaron su proceso. El resultado es Presunto culpable, un documental que muestra la anatomía en carne viva de las atrocidades que imperan en el sistema judicial mexicano. A continuación, la historia de una cinta que se ha convertido en un fenómeno cinematográfico de extraordinarias repercusiones
Uno
Despierto, diez de la mañana, voy a desayunar con una amiga a un mercado que está cerca demi casa. Cruzo la calle y de pronto escucho que se derrapa un carro tras de mí. Me toman por la espalda, son dos personas. Me dicen: “Súbete, cabrón”. Mientras me van jalando, me atrevo a preguntarles: “¿Por qué?”. Sólo escucho: “Que te subas”.
1 / 24
Presunto culpable
Escrito por Héctor de Mauleón Sábado, 05 de Marzo de 2011 20:28 - Actualizado Sábado, 05 de Marzo de 2011 20:32Dentro del automóvil me ponen la cabeza entre las piernas. Del lado derecho hay un chavo, tenis rotos, sucios, pantalón de mezclilla roto. Pienso que me están secuestrando, pero cuando me ponen las esposas me doy cuenta de que son policías. El coche arranca. Trato de contar las vueltas, de fijarme hacia dónde me llevan, pero no se puede, no es como en las películas.
El coche se detiene en unlugar, me bajan, me ponen la playera en la cabeza y me meten por unos pasillos. Alcanzo a ver paredes y losetas. Pienso: “Estoy en un edificio”. Uno de los policías me pone con la nariz pegada a la pared. “No voltees güey, o te vamos a dar una madriza”. Las esposas me lastiman, me quedo ahí tanto tiempo que estoy a punto de dormirme de cansancio. De pronto, una persona se sienta tras de mí. “¿Quépasa?”, le pregunto. Me dice: “Yo no sé. A mí nada más me dijeron que te trajera”. Le digo: “Perdóneme, pero se está equivocando. Yo no sé por qué me trajeron, pero estoy seguro de que están equivocados”.
Llega otra persona, me voltea. “A ver, ahora sí, ¿dónde está la pistola?, ¿dónde están los otros?”. Recibo unos manotazos, golpes en el pecho con el reverso de la mano. Estoy temblando.Con el hilo de voz que puedo juntar, le digo: “¿Cuál pistola, cuáles otros? No entiendo de qué me está hablando?”.
“No te hagas güey, cabrón, ¿dónde están los otros?”.
El hombre hace varias veces la misma pregunta. La boca huele a perros. Me grita frente a la cara. “¿No quieres decir nada? Ahora vas a ver. Tráiganselo a mi oficina”. Me arrastran hasta una oficina. El hombre —ahora sé quees el comandante—, me mira. “Entonces, ¿cómo le vamos a hacer? ¿Dónde están los otros?”. Le repito que no sé nada, que me explique de qué está hablando. Echa mano de otra técnica: “No te hagas, estás grabado en las cámaras, te tenemos grabado en las cámaras”. Esta segunda técnica consiste en meterme y sacarme de la
2 / 24
Presunto culpable
Escrito por Héctor de Mauleón Sábado, 05 de Marzode 2011 20:28 - Actualizado Sábado, 05 de Marzo de 2011 20:32
oficina, ponerme de cara a la pared, llevarme de un lado a otro. Al final, el comandante me dice: “Bueno, ya vamos a tranquilizarnos. Dime dónde están los otros y te doy chance a ti”.
Repito de nuevo que no sé nada. El comandante se irrita: “Órale, cabrón, ¿no quieres aflojar?, va. ¿Muy chingón?, ¿a poco sí muy chingón?”.Intento tranquilizarme. Lo primero es estar tranquilo. Cualquier cosa que pase, yo debo estar tranquilo. Le pregunto: “¿Pero cuándo fue? ¿A qué hora fue? O sea, dígame”.
El comandante sale de la oficina, regresa con un fólder que dice: “Retratos hablados”. Lo revisa, busca una cara, aparece la cara de un hombre moreno, con nariz ancha, de esas narices muy anchas, y con la boca gruesa y...
Regístrate para leer el documento completo.