Primer Orden
No me incumbe la cuestión de si el principio que prohíbe al Poder Judicial la revisión de las leyes es adecuado o equivocado, deseable o indeseable; meramente observo que este principio ha convertido en una tácita premisa subyacente a la totalidad del orden jurídico,gubernamental que yo he jurado administrar.
Personalmente estoy tan familiarizado con el método que, en caso de cualquier incapacidad de mi colega, estoy convencido que podría escribirle un voto a su satisfacción, sin contar con sugerencia alguna, salvo que se me informara si le gusta el efecto de los términos de la ley aplicados al caso que deberá resolver.
Pero yo pienso que la dificultad late másprofundamente. Pongo grandemente en duda que una ley que califica el asesinato de crimen realmente tenga un "propósito" en alguno de los sentidos ordinarios del término. Antes que nada, tal ley refleja la honda convicción humana de que el asesinato es injusto y que algo debe hacerse con el hombre que lo comete. Si se nos obligara a ser más específicos acerca de la cuestión, probablemente nosrefugiaríamos en las teorías más sofisticadas de los criminólogos, teorías que ciertamente no estaban en la mente de aquellos que promulgaron nuestra ley. También podríamos observar que los hombres hacen su trabajo más eficientemente y viven más felices si se hallan protegidos contra agresiones violentas. Teniendo presente que las víctimas de asesinatos son, a menudo, gente desagradable, quizásagregaríamos la sugerencia de que la eliminación de personas indeseables no es una función que se adecue a la iniciativa privada, sino que debe ser un monopolio estatal.
Si no conocemos el propósito del 12-A; ¿cómo podemos llegar a decir que tiene una "laguna"? ¿Cómo podemos pensar qué pensaban sus promulgadores, acerca del asesinato de un hombre para comérselo?, ¿Cómo saber si sus antepasados no sentían lamisma repulsión, en grado aun más elevado? Todas éstas son, por cierto, conjeturas, pero lo que queda establecido es que ni yo ni mi colega Foster conocemos cuál es el "propósito" del párrafo 12-A.
Lo que pasa con la ley pasa con la excepción: la cuestión no está en el propósito conjetural de la regla, sino en su alcance. Ahora bien, el alcance de la excepción en favor de la defensa propia, talcomo ha sido aplicada por esta corte es claro: se aplica a los casos en que una parte resiste una amenaza agresiva a su propia vida. Es, por ende demasiado evidencia que el presente caso no cae dentro del ámbito de la excepción, decía que es obvio que Whetmore ninguna amenaza dirigió a la vida de estos acusados.
El resultado de esta lucha sólo pudo ser el que efectivamente ocurrió -un completofracaso en el desempeño de la función judicial. No se puede aplicar una ley tal como está escrita y al mismo tiempo reformularla, según los propios deseos. Ahora bien, sé que la línea de razonamiento que acabo de desarrollar en este voto no resultará aceptable para quienes sólo contemplan los efectos inmediatos de una decisión y hacen caso omiso de las implicaciones de largo alcance que significa...
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