Primera Parte Le Corbisier
Primera parte
LE CORBUSIER
Le Corbusier: Bogotá, vista aérea
Carles Martí Arís
(A P. Q.)
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En su papel de leader de la arquitectura moderna, Le Corbusier tuvo que vencer muchas resistencias a lo largo de su
carrera paralograr que sus clientes y el público en general
aceptasen que la legitimidad social de sus propuestas arquitectónicas y urbanísticas era indisociable de su valor artístico. Porque una cosa es el valor y otra, bien distinta, es el
éxito. Él sabía que la actitud vanguardista era poco compatible con la obtención inmediata de aplausos y parabienes.
Por ello adoptó como divisa de su trabajo la célebrefrase «la
recherche paciente». En ella subyace la hipótesis de que el
tiempo, aliado con la actitud perseverante del artífice, acabará decantando, tarde o temprano, el valor y el peso específico de cada una de las aportaciones.
Una vez concluido el siglo XX y viendo las cosas con
suficiente distancia crítica, ¿quién de nosotros no estaría
dispuesto a conceder hoy a Le Corbusier un lugar entrelos
cuatro mayores arquitectos de ese siglo? Ello no significa en
absoluto suponer que el itinerario de Le Corbusier fuese un
paseo triunfal. Por el contrario, sabemos que fue un camino
arduo y salpicado de múltiples derrotas parciales. Y que fue
en el ámbito urbanístico donde cosechó los más decepcionantes fracasos, hasta el extremo de que, aún hoy, les sigue siendo útil a muchos la idea de cargar aLe Corbusier
la culpa de los mayores abusos cometidos en nombre de la
ciudad contemporánea, sin concederle a cambio el mérito
de ninguno de sus beneficios.
La historia oficial ha sido, hasta el momento, incapaz de
convertir esas derrotas en victorias, ni siquiera a título póstu-
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Le Corbusier en Bogotá, 1947-1951: Precisiones en torno al Plan Director
mo. Resulta todavía bastante frecuenteoír, en muchas conversaciones informales, el desenvuelto comentario de algunos, según el cual «Le Corbusier fue tan notable arquitecto
como pésimo urbanista». Quienes hemos estudiado con detenimiento su trabajo no podemos dar por buena sin más esa
valoración, sobre todo cuando se formula en términos tan
esquemáticos y desabridos. Ahora bien, si tenemos la intención de refutarla, estamos obligadosa prestarle la atención
que requiere, analizando los significados que se esconden
tras ella y los prejuicios de los que se alimenta.
Tomemos como ejemplo típico del modo en que se ha
pretendido certificar la demolición conceptual del urbanismo lecorbusieriano esa argumentación en que se suele
comparar la Unité d’Habitation construida por Le Corbusier
en el Boulevard Michelet de Marsella(1945-1952), tenida
ahora, con rara unanimidad, por una extraordinaria obra de
arquitectura, con el proyecto de urbanización Marseille-sud
(1951) compuesto por 24 unités (una de las cuales coincide
en posición y tamaño con la construida), a las que se añaden
otras 15 torres cilíndricas para apartamentos.
Esta operación sigue siendo considerada por muchos
como un grave error de escala que por fortuna nose llevó
a cabo, ya que su realización hubiese causado de manera
inevitable, dicen, la aniquilación, desde su propia raíz, del
tejido urbano preexistente. Cuando argumentos como estos,
de base puramente cuantitativa, se utilizan como discriminantes de la calidad de un proyecto, estamos ante un salto
lógico difícil de admitir. La Unité del boulevard Michelet está
concebida exactamente con losmismos principios y reglas
que el conjunto de Marseille-sud. Entonces ¿por qué es tan
distinto el juicio que se hace sobre ambos proyectos? ¿Por
Foto de las fachadas norte y oeste de la Unité de Marsella, publicada por Le
Corbusier en el tomo V de la Œuvre Compléte. © FLC.
qué la Unité es vista como portadora de tantas virtudes y
potencialidades, mientras que la extensión de esos criterios
a un...
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