Primeras Paginas De Hay Palabras Que Los Peces No Entienden
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Afuera no había nadie. —No estoy para bromas —se dijo a sí misma. Miró a un lado y otro, pero a esa hora todo lucía solitario y oscuro. A punto de entrar, notó algo extraño en el árbol plantado en la acera. Detrás del tronco y atado con un cordón grueso dormía un cachorro Labrador negro.Francisca lo desató, lo envolvió con el largo borde de su camiseta y lo llevó dentro de casa. Ya en la cocina lo colocó sobre la mesa y, entonces, descubrió que sujeto al collar pendía un mensaje escrito. Francisca lo leyó y sintió que un nudo le atrancaba la garganta. El mensaje decía: Para que nunca te sientas sola. Te quiero, Miguel
Un perro
En repetidas ocasiones, y desde que Franciscaera una niña pequeña, tumbados sobre el pasto mirando al cielo, ella y su hermano mayor habían repetido el cuestionario esencial de sus vidas, cuestionario al que volvían cuando menos una vez por mes, alternadamente haciendo uno de interrogador y otro de interrogado, convencidos de que al memorizar cada respuesta estarían estableciendo su propia filosofía: —¿Entre el Real Madrid y el Aucas? —Mequedo con el Aucas —respondía ella. —¿Entre una araña y un ciempiés? —Cualquiera de los dos… pero cojos. —Entre el olor a playa y el olor a montaña? —A playa. —¿Entre Cenicienta y Batichica? —Batichica. —¿Entre la Luna y el Sol? —Las estrellas. —¿Entre Arjona y el silencio? —¡El silencio! —¿Entre un perro y un gato? —Un perro, claro. Francisca se quedaba pensando y luego añadía:
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—Pero nocualquier perro, tiene que ser uno grande, no me gustan los de raza pantufla. —Y tampoco los sofisticados, de aquellos que deben ir a la peluquería dos veces por mes —decía él—, ¿te has fijado en la cantidad de perros que van por la calle mejor peinados que sus dueños? —¡Y más limpios! Hay perros que se lavan el pelo y se cepillan los dientes con más frecuencia que sus amos, ¿te he contado de miprofesor de Educación Física? Tiene aliento de dragón, cada vez que abre la boca se marchitan todas las flores del colegio; si existiera una elección de Mr. Tufo, de seguro ganaría el primer lugar. Él está convencido de que seré una gran atleta, pero no se da cuenta de que cada vez que lo veo llegar, corro con todas mis fuerzas para que su aliento de bomba molotov no me alcance. —Yo prefiero los perrosgrandes, con patas gordas y con buen aliento. —A mí la raza me da lo mismo y las patas también —aseguraba Francisca—, lo importante es que el perro tenga cola. Los perros solo saben decir que están felices o lo mucho que te quieren con la cola. Cuando veo uno al que se la han cortado, siento lástima porque me parece que le han arrancado la sonrisa. Desde que Miguel se había ido de casa, tres mesesatrás, también Francisca sentía que de alguna manera le habían arrancado la sonrisa. Se había sentido muy sola y estaba claro que únicamente él, su hermano, sería capaz de entender lo feliz que le
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haría la compañía de ese pequeño Labrador negro que llegó sorpresivamente el día de su cumpleaños. Las mascotas estuvieron siempre prohibidas en casa y, para justificar esta censura, los...
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