Princesas Y Vasayos

Las puertas del castillo estaban cerradas a esas horas pero en verdad a él le importaba muy poco todo. Había hecho todo por ella y ni siquiera ella se dignaba a hablarle.
De un fuerte portazo había tirado la puerta de su habitación encontrándola a ella temblando y sonrojada bajo sus sabanas mirándolo fijamente, como si hubiese estado esperando que el apareciera.

Él alto hombre, que sabía quehabía perdido la cordura al hacer lo que hizo no se movió de su lugar esperando que los guardias lo detuviesen y lo encarcelaran, pero nada ocurría. Pero acaso eso era posible? si casi había destrozado la pared o quizás ella ya lo esperaba.

Rápidamente el se encaminó hacia ella para reclamarle todo el dolor q le había causado, pero en el momento en que iba abrir la boca para soltar cualquierimproperio, sus ojos se chocaron con los purpuras y puros de ella; que brillaban de una manera extraña y al mismo tiempo reflejaban miedo

-nunca podría hacerle el mismo daño que usted ha causado en mi majestad- le hablo lentamente mientras ahora sus ojos bajaban por el rostro de ella , haciendo que la princesa se pusiese colorada y cerrara los ojos con fuerza al sentir las manos de él sobre sumentón.

-acaso soy tan detestable para usted que no soporta mi presencia.- esta vez Kurogane la miraba con un dejo de tristeza en los ojos.- mi ausencia ni te importó, cierto?
Porque él en silencio sabía que no la odiaba, sino que al contrario había comenzado a crecer en su interior algo que no podía definir exactamente y que lo hacía quererla tener cerca de él para protegerla. De ahí venía eldolor que le había causado pues lo había alejado por mucho tiempo de su presencia, de su mirada, de su voz, de su perfume...

Una cálida gota rozó su mano y sus ojos se abrieron de la impresión al ver delante de él a una Tomoyo llorando desconsoladamente entre sus manos.

De la forma más suave ella le agarró sus manos y las apretó entre las suyas bajando la mirada hacía el piso.-yo...no...Quise- tartamudeo la chica temblando aún.- pero era por tu bien.

Las ganas de abrazarla se hicieron latentes en su interior, pero eso no era correcto. En primer lugar el era un guerrero y mostrar sentimientos era un error demasiado obvio que no se podía permitir cometer; y segundo ella era la princesa y el solo un sirviente más.

-princesa...

Las manos de ella soltaron las suyasconfirmando sus sospechas, el era solamente su criado. Pero su tristeza no duro mucho tiempo, pues luego fue cambiada por la sorpresa al sentir los frágiles brazos de ella rodear su fuerte espalda.

-me volví loca en tu ausencia. No quería comer y cuando dormía solo lo hacía para buscar tu futuro en mis sueños y cuidar de ti.- gritó destrozada la chica de cabellos negros mientras apoyaba con fuerza sufrente contra el vientre de él.- yo... te extrañe Kurogane...

Los ojos jade del chico que aún permanecía abiertos de la impresión comenzaron a brillar intensamente ante su declaración, al igual que su corazón comenzaba a palpitar de una manera alarmante.

Fue en ese momento que ella levantó su cristalina mirada para chocarla con la nerviosa de él, Haciendo que la cara del chico se pusiera tanescarlata como sus ojos.

-Tomoyo...yo...-la verdad en ese momento no se le ocurría ninguna maldita palabra que decir.

La veía tan inofensiva entres sus brazos que tenía miedo de lastimarla con cualquier barbaridad que se le pudiese ocurrir, pero de pronto todo intento se fue al diablo cuando sintió la mano derecha de la princesa subir sobre su pecho.

-Kurogane...-casi susurró la chicasonrojada sin perder el contacto visual con él.- yo no quiero que te vayas...

Su respiración había comenzado a acelerarse cada vez que ella había avanzado hacia sel lugar donde latía su corazón, sintiendo vergüenza de su débil reacción ante el roce de ella que ahora seguramente podía percibir a través de su palpitar.

Las mejillas de la princesa se llenaron de un rubor intenso al sentir el...