PRINCIPIOS DE SELECCIÓN ANTIGUAMENTE PRACTICADOS Y SUS EFECTOS
Del libro “El origen de las especies” de Charles Darwin
Consideremos ahora brevemente los pasos que han dado las razas domésticaspara producirse, ya desciendan de una especie única o de varias inmediatas entre sí, para lo cual hay que atribuir algún efecto a la acción directa y definida de las condiciones externas de la vida, asícomo algunos al hábito.
Uno de los rasgos más notables en nuestras razas domésticas es, sin duda, verlas adaptarse, no ciertamente en provecho propio, a la utilidad o capricho del hombre. Algunasvariaciones útiles para este han surgido probablemente de repente, o por una sola operación. Por suerte, muchos botánicos han creído, por ejemplo, que la cabeza de la cardencha, provista de anzuelos,que no podrían obtenerse por procedimiento alguno mecánico, es solamente una de las variedades del dipsaco1 salvaje, habiendo podido perfectamente este cambio nacer de una vez en alguna planta desemillero.
Pero cuando comparamos al caballo de tiro con el de carrera, al dromedario con el camello, a las diferentes castas de ovejas, cuando comparamos esa legión de plantas agrícolas culinarias dehuerta y jardín, creemos que es menester ver en todos estos hechos algo más que simple variabilidad, porque no podemos suponer que todas las castas fueran repentinamente producidas tan perfectas y útilescomo hoy las vemos, sabiendo positivamente, como en muchos casos sabemos, que no ha sido así. La clave de esto se encuentra en la facultad que tiene el hombre de acumular fenómenos de selección. Lanaturaleza da variaciones sucesivas, y el hombre las va dirigiendo en ciertas direcciones que le son útiles, pudiendo en este sentido decirse que el hombre ha creado para sí las razas de las que recibetanta utilidad.
Hay quienes ponen en práctica el principio de selección como si ejercieran una profesión. Colocan a los carneros sobre una mesa y sobre ella los estudian; repiten tres veces con...
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