Prisiones
Las prisiones representan el poder del Estado para ejercer coerción, y el orden en las cárceles puede depender, en última instancia, en el uso de la fuerza por parte de los guardianes.
El orden en los centros de detención, al igual que en cualquier otro entorno social, se negocia. La negociación no se verifica entre iguales; aún así, dicho orden sólo puede alcanzarse con elconsentimiento de los presos, quienes en todos los casos sobrepasan en número a los agentes que los custodian.
Los disturbios pueden convertirse en un rasgo permanente en las cárceles, si bien la mayor parte del tiempo la vida transcurre sin incidentes en casi todas las instituciones.
Las 110,000 transgresiones al código disciplinario de las cárceles que se castigan cada año no permitirían suponerque personal y presos coexisten de manera relativamente armoniosa; las fricciones se dirimen por lo general gracias a procedimientos más sutiles o, en ocasiones, mediante el recurso a los los carceleros denominan con honestidad sistema disciplinario alternativo.
La sociología en torno a las cárceles señalan la existencia de una cultura carcelaria, un conjunto de actitudes y una forma de hacerlas cosas, en la que tanto los prisioneros como los celadores tienen papeles por desempeñar.
La cárcel se concibe como un sistema social más o menos cerrado en el que la misión de un grupo de gente, el personal de las cárceles, consiste en administrar o procesar a otro grupo de personas, los presos. Hay dos autores importantes que hablan sobre las cárceles, Sykes y Goffman.
Sykes, en su obra“Society of Captives”, se interesa en especial en “las penurias del encarcelamiento”, las diversas privaciones que implica el vivir en prisión.
Goffman en Asylums, pone de relieve la dinámica de la mortificación, la transformación del Yo, que supuestamente resulta de ingresar en una institución dedicada al “procesamiento de personas”.
En ambos estudios, el reo es sometido a una agresiónpsicológica constante, acompañada de la disminución de los apoyos y expresiones usuales de la identidad personal: posesiones, control de la apariencia personal, autonomía de movimientos, privacidad y seguridad personal, etc. Los procesos pueden desarrollar respuestas individuales a estas prisiones, desde los intentos de fuga o representar el papel de abogado improvisado hasta el retraimiento psicológico oel autodidactismo intenso.
Para Sykes, el aspecto distintivo de la cultura carcelaria, en gran medida, aunque no del todo, su énfasis en la solidaridad de los reos contra el personal, constituye una respuesta funcional a estas agresiones sociales y psicológicas: un medio por el que el rechazado puede rechazar a quienes lo rechazan, preservando así cierto grado de autoestima. De acuerdo con estaidea, cuanto más coherente sea la postura adoptada por los detenidos, tanto más se mitigarán las penurias de la prisión para todos.
Algunas de las privaciones relativas de la vida carcelaria son resultado de los esfuerzos del personal por mantener la seguridad externa y el orden interno; no obstante, las tribulaciones del encarcelamiento estimulan la formación de una cultura subversivasustentada en la solidaridad.
Así el poder aparentemente total del personal depende de la necesidad de adaptarse a sus diferentes puestos a fin de que se cumplan las tareas rutinarias. De esta manera, cualquiera que sea el objetivo que persiguen oficialmente las prisiones -tratamiento y readaptación, rehabilitación y discusión, etc.-, se verá afectado de manera negativa por la realidad cotidiana delos acuerdos negociados que tienen lugar entre el personal de las prisiones y los reos.
Lo cual quiere decir, que en realidad, las cárceles no pueden cumplir misiones nobles: representan la supervivencia del sentido práctico en entorno que, al ser en sí coercitivos, contienen un potencial enorme de inestabilidad y desorden.
Los teóricos “importacionistas” destacan la conexión entre las...
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