proceosos
En la percepción sensible el cerebro refleja cognoscitivamente el mundo, pero en el acto de pensar no necesitamos la presencia real de las cosas. Saber que mi tío es padre de dos hijas no exige tener delante dela vista a mi tío y a mis dos primas. Saber que soy mortal no es una sensación provocada por un estímulo físico, ya que es imposible ver la mortalidad. Los conceptos no son representaciones sensibles, sino intelectuales y sólo se adquieren a través del pensamiento. El pensamiento no se halla sujeto a lo concreto, ni a ninguna coordenada espacio-temporal. De este modo, mientras la percepciónpresenta la cara sensorial de los objetos, el pensamiento alcanza una cara metafísica. Y si en la sensación los procesos de estimulación física llegan a un resultado inmaterial, el grado de inmaterialidad del pensamiento es infinitamente mayor. En la cúspide de la actividad cognoscitiva aparece el pensamiento que se apropia de sí mismo en forma refleja. En la autoconciencia el ser humano se percibe comoalgo más que un mero organismo vivo, como un ser que va más allá de orden estrictamente biológico: un ser trascendente.
Esta conciencia refleja es el fundamento de nuestra identidad y es la que hace posible una conducta coherente. Sin la conciencia de la propia identidad la conducta no sería más que la suma de actos discordantes e irresponsables. Pero por la autoevidencia existencial nosposeemos a nosotros mismos y no somos seres sometidos a la ley de la naturaleza como lo están las plantas o los animales. Estos actos autoconscientes nos sitúan ante el mundo como seres libres que operamos a nuestra voluntad. ¿La vida moral humana, es decir, la conducta del hombre responde al esquema bioquímico causa-efecto? ¿Fueron las neuronas de Einstein las que decidieron estudiar Física, o lasde Wittgenstein las que decidieron escribir el Tractatus? Si esto fuera así deberíamos arrodillarnos ante los procesos bioquímicos y otorgarles la genialidad que sin razón ofrecemos a Einstein o a Wittgenstein. Si la moral tuviera una explicación biológica diríamos que la solución final al problema judío fue consecuencia de la química neuronal y que los judíos no deberían odiar a los nazis. Segúnla idea de Jesús deberíamos retirar el premio Nobel a F. Crick y otorgárselo a sus neuronas. A partir de ahora, cuando vayamos al Museo Nacional del Prado os recomiendo apreciar la genialidad pictórica de las sinapsis Zurbarianas. Pero si preferimos quedarnos en casa porque llueve, os recomiendo degustar el talento literario de los axones de Joseph Conrad.
Si la moral tiene una explicaciónbiológica, entonces tenemos que decir que somos autómatas de nuestras propias neuronas y que estas son justas o injustas, buenas o malas. Pero aunque podemos encontrar procesos bioquímicos en la base de las decisiones libres, lo que está claro es que ni la libertad ni la inteligencia parecen procesos o efectos de lo bioquímico. En todo caso podríamos hablar de dos principios de operaciones: uno...
Regístrate para leer el documento completo.