procesal penal
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
Maestría en Derecho
Acentuación en: Derecho Penal
“Delitos contra el estado. El terrorismo y el derecho penal del enemigo”
Catedrático del curso Dr. José Zaragoza Huerta
Estudiantes Luis Eduardo Ogazón Nava
Marcela María Martínez Hernández
Saltillo, Coahuila, México.Marzo de 2011
Introducción
Aunque en la realidad haya simbiosis o alianzas entre la criminalidad organizada y el terrorismo, no debe confundir sus reales fines, siendo para la primera el fin de lucro y para la segunda la finalidad política. Claus Roxin
Juan Bustos Ramírez comenta que lo más grave de la legislación antiterrorista esque la imagen distorsionada que se va a aplicar sólo y exclusivamente a los terroristas, pero eso no es así, pues ninguna ley penal se aplica sólo a los delincuentes, sino que puede recaer sobre cualquier ciudadano.
Antecedentes
Se denomina derecho al vínculo entre personas que son a su vez titulares de derechos y deberes, mientras que la relación con un enemigo no se determina por el hecho,sino por la coacción. Ahora bien, todo derecho se halla vinculado a la autorización para emplear coacción, y la coacción más intensa es la del derecho penal. En consecuencia, se podría argumentar que cualquier pena, ó, incluso, ya cualquier legítima defensa se dirige contra un enemigo. Tal argumentación en absoluto es nueva, sino que cuenta con destacados precursores filosóficos.
Son especialmenteaquellos autores que fundamentan el estado de modo escrito mediante un contrato los que representan el delito en el sentido de que el delincuente infringe el contrato, de manera que ya no participa de los beneficios de éste: a partir de ese momento, ya no vive con los demás dentro de una relación jurídica. En correspondencia con ello, afirma Rousseau que cualquier malhechor que ataque el derechosocial deja de ser miembro del estado, puesto que se halla en guerra con éste, como demuestra la pena pronunciada en contra del malhechor. La consecuencia reza así: al culpable se le hace morir más como enemigo que como ciudadano. De modo similar argumenta Fitche: quien abandona el contrato ciudadano en un punto en el que en el contrato se contaba con su prudencia, sea de modo voluntario o porimprevisión, en sentido escrito pierde todos sus derechos como ciudadano y como ser humano, y pasa a un estado de ausencia completa de derechos. Fietche atenúa tal muerte civil por la regla general mediante la construcción de un contrato de penitencia, pero no en el caso del asesinato intencionado y premeditado: en este ámbito, se mantiene la privación de derechos: … al condenado se le declara unacosa, una pieza de ganado. Con férrea coherencia Fietche prosigue afirmando que a falta de personalidad, la ejecución del criminal no (es una) pena, sino sólo instrumento de seguridad. No procede entrar en detalles; pues ya con este breve esbozo cabe pensar que se ha mostrado que el status de ciudadano no necesariamente es algo que no se puede perder.
Hobbes un teórico del contrato social, peromaterialmente es más bien un filósofo de las instituciones. Su contrato de sumisión junto al cual aparece, en igualdad de derecho, la sumisión por medio de la violencia, no debe entenderse tanto como un contrato como una metáfora de que los (futuros) ciudadanos no perturben al Estado en su proceso de auto organización. De manera plenamente coherente con ello, Hobbes en principio deja al delincuenteen su rol de ciudadano. El ciudadano no puede eliminar por si mismo su status. Sin embargo, la situación es distinta cuando se trata de una rebelión, es decir, de alta traición: pues la naturaleza de este crimen está en la rescisión de la sumisión, lo que significa una recaída en el estado de naturaleza…. Y aquellos que incurren en tal delito no son castigados en cuanto súbditos, sino como...
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