profesor de teatro
El libro se postula—nos dice Cruziani en la “Introducción”—no como una teoría sino como un manual para aquellosagentes culturales que deben organizar el “nuevo” teatro. En sí mismo, a lo largo de las cinco ediciones, el libro constituye una reflexión que va ampliando el proyecto mediante discusiones y en base a la práctica cotidiana (xi-xii). Obviamente, Keržencev reacciona contra el teatro burgués, contra la declamación, contra el teatro concebido por unos pocos para unos muchos privilegiados y, además,frente al teatro comercial—el teatro como valor de cambio—cuyo objetivo es la ganancia. Hay que entender el proyecto de Keržencev en el marco de una Rusia post-revolucionaria, en la Rusia de la transición de la sociedad burguesa a la sociedad sin clases, en la cual proliferan los teatros y la euforia por una renovación radical; hay que entender también sus polémicas—sea para convergir odivergir—con algunos líderes revolucionarios (Lenin, Trosky, Lunacharski) y algunos artistas de renombre (Meyerhold entre ellos) en el proceso de institucionalización de la revolución llevada a cabo después de los primeros años revolucionarios. Este proceso es sumamente complejo y no podemos detallarlo aquí. Rudinsky y Robert Leach dan un interesante panorama del teatro ruso de la revolución. En términosgenerales, se trata de una etapa en la que la euforia podría ceder a la anarquía cultural (en la que se mezclan posiciones ultraizquierdistas, muy radicales, con aquellas otras, de tipo reformista, no totalmente eliminadas y que operan como residuos burgueses) y en la que el Partido comienza a marcar lo que, a su criterio, configura el sentido inequívoco de la revolución. Tanto el Proletkul comoKeržencev enfrentan esta euforia en la que tanto profesionales como amateurs y gente sin formación teatral alguna se reúnen para hacer teatro. La actividad teatral, que era de alguna manera una actividad reservada a algunos pocos, se convierte ahora en un medio posible de expresión colectiva, capaz de dar expresión a diversos discursos y perspectivas. En este marco de ebullición cultural eideológica, se colectiviza el sujeto emisor y se confunde o coexiste con el sujeto receptor. Sin duda, ninguna revolución va a permitir por mucho tiempo este acceso indiscriminado a la palabra y su consecuente institucionalización impondrá procesos administrativos de control así como direcciones precisas para encausar la actividad por los supuestos carriles revolucionarios. Revolucionario o no, todoexceso discursivo amenaza la cohesión social y tarde o temprano se hace objeto de censura, represión y persecución.
El sueño de Keržencev es la apertura de un espacio para la creatividad colectiva, poner a disposición de todos la actividad expresiva, es decir, se trata de la realización de un teatro como valor de uso. Para ello emprende una cruzada que no sólo es artística sino también política, apartir de la cual critica no sólo el teatro burgués como producto (drama, espectáculo) sino fundamentalmente los medios de producción burguesa en teatro. Para Keržencev, el teatro es un elemento de instrucción popular, una fuerza activa y creativa, de ahí que para él la biomecánica, con su base técnica, musical y gimnástica no se restringe al teatro sino que involucra a la vida social entera,...
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