Profesor

La Ciudad de Dios
Luego de la invasión y saqueo de Roma en el 410 D.C. por las huestes bárbaras de Alarico I, paganos y cristianos de ese tiempo se enfrascaron en una interminable discusión yacusaciones mutuas, tratando de explicarse lo que para todos era inexplicable: la caída de Roma. ¿Acaso la ciudad, siendo la tumba de Pedro, Pablo y tantos mártires cristianos no pudo merecer lamisericordia divina? Los paganos se lamentaban del nuevo Dios del imperio y sus cada vez más numerosos adeptos, añorando los siglos de bonanza cuando se entregaban al culto y sacrificios a sus antiguos dioses.San Agustín, a instancias de su amigo Marcelino, entre miles de compromisos a que su ministerio lo obligaba, respondió a los detractores de la nueva fe con diferentes misivas, pero siempre con laidea y promesa a su amigo de escribir un libro que diera respuesta puntual a tanta virulencia. Así es como inicia “La Ciudad de Dios”. Es opinión de los estudiosos que dada la magnitud de esta obra, SanAgustín la habría concebido desde tiempo atrás y que este último suceso solo le habría dado punto de partida.
Amonesta primeramente San Agustín a aquellos paganos que, negando incluso a sus propiosdioses se refugiaban durante el saqueo en los templos cristianos porque vieron que el invasor bárbaro respetaba los lugares y vidas de los romanos que profesaban la fe en Cristo, el Dios verdadero,llegando incluso el invasor a llevar a estos lugares sagrados a los ciudadanos que confesaban esta fe. ¿Cuándo (pregunta el santo) en la historia de este mundo se vio cosa tal? ¿Y acaso no fueron losdioses de la antigua Troya los que los romanos adoptaron como patronos de la ciudad eterna? ¿Y finalmente no fue Troya igual que Roma mancillada pese a estos dioses paganos? Es la providencia, en susabiduría, quien ha obrado en unos y otros. En Troya el invasor griego usó el templo mismo de Juno para para acumular las joyas que saqueaba de la ciudad mítica, tal como si de un granero se tratara,...