Profesor

Jean Yves Beaucamp

2ºB

La Herencia
Adelante, pase y siéntese en el diván por favor. Buenas noches, gracias por atenderme y disculpe por mi insistencia. Es que en realidad debí haber venido hace 20 años. No, por favor, el que se disculpa soy yo por la espera, es que los pacientes anteriores me tuvieron un poco ocupado- dijo el doctor Petrov, y cerró la pesada puerta de roble. ¡Valla!Cuantos años han pasado, todo está igual a como lo recuerdo de mi niñez, cuando mis padres me traían para que me curara mi fobia a las arañas.

El olor a sahumerio de incienso me embriagó a los pocos segundos. ¿Le apetece un vaso de wiski? No gracias, intento no tomar alcohol desde los últimos incidentes- respondí yo. Está bien, era solo que quería que se distienda un poco. Entonces, comencemos.

Merecosté en el típico diván rojo que parecía de 100 años de antigüedad, y traté de relajar mi mente. Vi al especialista tomar un cuaderno y una pluma, y sentarse a escuchar en un sillón próximo al mío. Todo comenzó hace unos 20 años atrás, cuando yo tenía unos 15 años de edad. Un día me encontraba solo leyendo un libro en la biblioteca de mi casa, y de pronto descubrí una vieja y polvorientabrújula, y quise salir al parque para jugar con ella, cuando de pronto hizo un horrible chirrido y la aguja comenzó a girar libremente, hasta que se detuvo apuntando a un árbol en particular, uno oscuro y frondoso que se encontraba en una esquina. Yo pensaba que esto no tenía sentido, porque la aguja en realidad se estaba apuntando al norte, que se encontraba para la misma dirección, pero guiado por micuriosidad de muchacho joven, decidí acercarme. Lo más extraño fue que cuando me encontraba a unos pocos centímetros del árbol, la brújula comenzaba a enloquecer nuevamente, pero al alejarme seguía apuntando al árbol, no importara dónde estuviera yo parado. Y lamentablemente tomé lo que fue la peor decisión de mi vida: fui al cobertizo de mi padre, tomé una pala, y me dispuse a cavar. No tardémucho tiempo en tocar fondo. Continúe por favor- respondió el hombre de enfrente, mientras escribía en su cuaderno. Luego de que se me atascara la pala, estiré mi mano esperando encontrar las raíces del árbol o alguna piedra, pero no fue así. Hallé una pequeña caja de madera que en su interior contenía una extraña daga de marfil y un pergamino con un símbolo y un texto escrito en una lenguaaparentemente antigua, ambos desconocidos por mí. Como no sabía lo que significaba todo esto, se lo llevé a mi madre. Cuando lo vio, gritó aterrorizada mientras me la arrebataba de las manos, y sin explicarme nada se dirigió al jardín diciéndome que ojalá nunca hubiese hecho eso. Luego la enterró en el mismo lugar de donde yo la había sacado. Lo que más me había impresionado no fueron sus palabras sino laexpresión de su rostro y su blanca palidez. Esa misma noche murió por causas jamás descubiertas. A los seis días murió mi padre, y a los seis siguientes, mi hermano. Yo me quedé huérfano y me fui a vivir con mis tíos, los que me recibieron amablemente en su casa lejos de aquí. Prosiga, lo estoy escuchando Un día me armé de coraje, y le pregunté a mi tía si sabía sobre esos extraños elementosdentro de la caja y si ella creía que tuviesen algo que ver con la muerte de mi familia. 1

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Jean Yves Beaucamp

2ºB

Recuerdo que puso la misma cara que mi mamá, pero luego de que mi tío le diera un vaso de agua, me confesó con estas mismas palabras que aún recuerdo: “Eso es algo con lo que jamás tuviste que encontrarte. Es una maldición que atormenta a tu familia desde que tubisabuelo murió. El pertenecía a una secta de individuos que mataban sin piedad a inocentes con métodos satánicos. Fue el único que logró escapar cuando la policía irrumpió en una de sus reuniones macabras cerca de Moscú. Desde ese entonces, se exilió en Argentina, y mantuvo el secreto hasta que mi abuela lo descubrió. Para darle fin a sus horrores se vio obligada a matarlo. Enterró inmediatamente su...