profesor
Todas las revolucionesclásicas, esto ha sido señalado por muchos, parecen desarrollarse en un ciclo que va trasladando el poder a través de las diversas clases sociales y sus fracciones, desde las más moderadas hasta las másradicales, para luego volver a asentarse sobre las moderadas, pero expresando una nueva realidad social y política surgida de entre el polvo y los escombros de años de luchas.
LaRevolución Hispanoamericana por la Independencia no fue la excepción a esta regla. Como todas las revoluciones, ésta empezó como quien no quiere la cosa, con modestos y moderados objetivos, digamos que reformistas,pero sin darse cuenta, se fue complicando, profundizando, se conformaron sus partidos, se confrontaron, parió nuevos hijos y se los tragó (como diría Dantón).
Al final, luego de 20 años de guerrasciviles, sus resultados no fueron exactamente los previstos por ninguno de sus actores principales. Nuestra independencia, al igual que el modelo clásico de la revolución Francesa, tuvo sus partidos:los realistas (virreyes y oidores, como Abascal, Liniers o Amar, con sus generales terribles como Sámano y Morillo); los girondinos o moderados (Castelli y Rivadavia en el Sur, Camilo Torres en NuevaGranada y Miranda enVenezuela); sus jacobinos (como el propio Bolívar, Mariano Moreno o sus seguidores póstumos, San Martín, Nariño); y su partido más radical y plebeyo, a la manera delos Sans-Culottes(representado por Carbonell en Bogotá, Beruti y French en Buenos Aires, Artigas en Uruguay, José Leonardo Chirino o Piar en Venezuela).
A su vez, cada partido expresaba los intereses de una clase ofracción de ella: los comerciantes importadores, los exportadores, los productores del mercado interior, las capas medias de profesionales (generalmente abogados), los pequeños campesinos, los...
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