Profesora de Educación integral

PERIQUÍN

Periquín, como lo llamó mi mamá. Era tan viejito y tenía que descansar.

Verde como la esperanza, quizás como la que anhelaba su corazón, se desvaneció un día, sobre el piso de lajaula, que había sido su hogar durante treinta años. Y levantó sus alas al cielo en busca de su libertad, entre sueños, buscando en el horizonte el rumbo hacia aquel lugar tan lejano donde estaba sucompañera de la infancia.

Voló con firmeza, como el viento veloz con rumbo certero, pero decidido, tendría que llegar a ese lugar tan añorado. Mientras viajaba recordaba lo feliz que había sido ensu hogar, entre cantos y cariños de las personas que ahora lo extrañaban.

Cada año cambiaba su plumaje y resplandecía cual joven quinceañero. Nunca antes se había escuchado que un perico “carasucia” viviera tanto; y que iluminara la vida de una familia por tanto tiempo; por eso al desfallecer su pequeño cuerpo voló, voló, porque quería estar allá ¡Dónde le habían hablado tanto!

Todas lasmañanas, llegaba a la ventana un pajarito con el que conversaba y le contaba sus anécdotas. Pero esa mañana, extrañado el pajarito lo observaba dormir en la profundidad del infinito, sin imaginarsiquiera que su alma volaba apresurada a un lugar lejano.

Y llegó a ese lugar, era tan hermoso como no lo había imaginado, habían árboles, arbustos y otros pericos muy parecidos a él.

De pronto,divisó la copa de un árbol de flores amarillas, la gente lo llama “vera” y miró hacia la casa que se encontraba en ese patio, su compañera, su casi mamá que lo esperaba ilusionada, de que había llegadoa ese lugar, del que tanto le había hablado.
Su casi mamá no era de su misma especie, es la niña que se ha convertido en adulta y que sabe que siempre él estará a su lado.
Muchas lágrimas sehabían esparcido al principio, por su ausencia, pero ahora al asomarme a la puerta veo feliz a mi perico verde, saltando entre las ramas de los árboles de mi jardín, y mi corazón por fin se llena de...