profesora de educacion inicial
Nunca es demasiado pronto para introducir los libros en la vida de los niños.
Éste debe estar presente como unobjeto familiar en la vida de ellos.
Por eso, el bebé se relaciona con los mismos mucho antes de saber leer, ya que él escucha, ve, siente y si bienno puede “entender todo”, da significado a las actitudes del adulto. El tono de voz ocupa un lugar de privilegio porque da cuenta de los aspectosemocionales y afectivos que intervienen en la comunicación; el bebé muchas veces no comprende exactamente lo que se le dice, pero lo significa de acuerdocon las señales que les transmite el tono, los gestos, la actitud corporal y el lenguaje gestual que se ponen en juego en su relación con el adulto.El adulto debe ser un gran conversador de las pequeñas cosas en todo momento. No con el sentido de agobiar al niño/a con exceso de palabras, sino quese trata de “poner el mundo en palabras”, desde “las pequeñas grandes cosas” que lo componen, incluido, EL LIBRO.
Estos deben tener una presenciafísica, que en esta etapa significan un juguete para morder, chupar, y ensayar pasar las páginas. Los primeros encuentros con el libro deben hacerse desdeel juego y la socialización a través de los sentidos. El primer contacto que tiene el niño es un acto de exploración sensorial. En un principio essimplemente un objeto más que atrae la atención del bebé, pero más adelante le servirá para jugar con la imaginación, el pensamiento y el lenguaje.
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