profesora
Felices los que siguen al Señor
por la senda del buen Samaritano.
Los que se atreven a andar tras sus pasos.
A superar lasdificultades del camino.
A vencer los cansancios de la marcha.
Los que al andar van trazando
sendas nuevas
para que otros sigan,
entusiasmados,
y continúen la obra del Señor.
Los que, atentos ypresurosos,
cambian su ruta
para salir al encuentro del Señor vivo
en el que sufre,
tan presente en estos tiempos,
tan cercano para algunos,
para otros tan lejano.
Felices los que dan la vida por losdemás.
Los que trabajan duro
por la justicia anhelada.
Los que construyen el Reino
desde lugares remotos.
Los que, anónimos y sin primeras planas,
entregan su vida para que otros
vivan más ymejor.
Los que con su diario sacrificio
abren huellas de humanidad nueva
en un mundo mellado
por el egoísmo neoliberal
del "dios-mercado".
Felices los que caminan juntos,
en búsqueda comunitariadel Reino de Vida Nueva
y Fraternidad Realizada.
Los que se ayudan
en las buenas y en las malas,
los que aprenden
que más pueden dos juntos que uno solo.
Felices TODOS los que piensan primeroen el hermano
y que encuentran su alegría
y el gozo
y el sentido de la vida
en trabajar por los demás
y por el Reino
y por el Señor vivo en medio nuestro.
Olvidado,
marginado,
solo yabandonado
en los rostros de jóvenes,
de indígenas, de ancianos,
de mujeres solas,
de desempleados
y de tantos otros
(como nos dicen Puebla
y los obispos latinoamericanos).
Felices TODOS
los quetrabajan por los pobres.
Desde los pobres.
Junto a los pobres.
Con corazón de pobre.
Contemplando a diario
la hermana muerte temprana,
injusta, dolorosa,
en los rostros de los niños olvidados,sin salud, ni educación, ni juegos
(infancias robadas por miles
en mi continente sufrido desde antaño).
Felices los que viven solidarios
dejando el asfalto limpio y prolijo
para caminar los...
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