profesoradp en marketing
A una hora de llegar a Monte Hermoso losBirsthon estaban pasando por una ruta descampada, lo único que veían eran vacas y caballos. De repente el viento del sudoeste se volvió loco. Viene galopando sobre la polvareda y sus rebencazos chocaban muy fuertes sobre las ruedas del móvil. El auto empezó a dar vueltas sin parar. Todos en la familia pensaron que no iban a sobrevivir después de lo sucedido. El auto no paraba de dar vueltas. Dejo de darvueltas y nada había pasado, todo seguía normal. La familia, sorprendida de lo que había pasado, pensó que era un sueño, pero no, era verdad. Se cuestionaban y no dejaban de cuestionarse lo sucedido, nadie entendía nada. Todo era muy extraño.
Dos horas después la familia ya estaba instalada en el campo, la madre ya había empezado a cocinar. Las hijas mujeres estaban ayudando a Violeta a poner lamesa afuera para almorzar. El padre les estaba ensillando a los mellizos y a Matías los caballos, mientras que ellos jugaban juntos a la pelota. Y todos estaban como si nada hubiese pasado todos muy tranquilos y disfrutando de lo que más les gustaba a todos. Después de comer los mellizos, Matías y Magdalena salieron a andar a caballo, se fueron un poco lejos y descubrieron que al final de uncamino de árboles había una casa medianamente grande, en donde vivía el peón con su familia y con sus cinco hijos, tres varones y dos mujeres y había otra casa pequeña cercada por una tranquera, en la que vivía una vieja que muy pocas veces la habían visto. Los nueve chicos se pusieron a jugar juntos al futbool. Cada cosa que se caía en el jardín de la casa de esa señora no se la volvía a ver. Todoiba bien hasta que la pelota se les fue a la casa de la nueva vecina. Llamaron a la puerta, todas las ventanas estaban cerradas, parecía que no había nadie. Entonces luego de incontables aplausos sin respuesta, decidieron pasar por la tranquera a buscar la pelota. Pablo se ofreció en pasar la tranquera ya que él fue el que había tirado la pelota hacia la casa de la viejita. Cuando Pablo ya estabaadentro, la vieja salió de la casa con un escobillón y gritando ¡Váyanse se mi jardín! Nadie los dejo a entrar aquí! Tomo la pelota y se volvió a meter en su casa. Pablo rápidamente salto la tranquera muy asustado. Ya se estaba oscureciendo, los Birsthon debían volver. Acordaron ir a la mañana siguiente para recuperar la pelota.
A la mañana siguiente Magdalena, Pablo, Cesar y Matías volvieron ala casa del peón para reunirse con sus hijos armar el plan y recuperar la pelota. Tardaron una hora en armar el plan, finalmente se decidieron y quedaron en que Cesar y Manuel, el hijo más grande del peón que tenía 13 años, iban a entrar a la casa sin hacer ningún ruido, por la puerta trasera. Ya dentro de la casa pudieron ver la pelota y todas las cosas de ellos arriba de un mueble. Cuando...
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