Programa Aulas Felices
Programa AULAS FELICES
La Psicología Positiva entra en las aulas
Ricardo Arguís, Ana Pilar Bolsas Silvia Hernández y María del Mar Salvador Equipo sati (Centro de Profesores y de Recursos Juan de Lanuza, de Zaragoza)
Como punto de partida, queremos plantear a los lectores la misma cuestión que solemos formular a nuestros profesores, cuando les impartimos cursos sobrePsicología Positiva aplicada a la Educación: «Por favor, piensa en tres cosas que te hacen feliz en tu vida y anótalas en un papel». Tras unos minutos de reflexión, a continuación, les planteamos una segunda cuestión: «La educación que recibisteis siendo niños y jóvenes, ¿os enseñó a disfrutar alguna de esas tres cosas que habéis anotado?». Generalmente, las respuestas que obtenemos son variadas,pero suelen coincidir en que la educación recibida no nos enseñó a ser felices o, si lo hizo, no fue de un modo tan intencional y sistemático como con el resto de los aprendizajes. Si reflexionamos a fondo sobre este hecho, descubriremos una tremenda incongruencia: la felicidad es la meta primordial de todo ser humano y, sin embargo, la escuela no la suele considerar como uno de sus objetivosesenciales. Los educadores, con frecuencia, solemos creer que el bienestar de nuestros alumnos se producirá en un futuro, y concebimos su aprendizaje como una dotación
Felicidad y educación
de conocimientos, destrezas y actitudes que algún día darán sus frutos, y les permitirán encontrar un trabajo y unas condiciones de vida para que, finalmente, algún lejano día,... puedan ser felices. Además,creemos que «ser feliz» es algo que vendrá dado automáticamente, por el mero hecho de poseer una formación básica, un trabajo y una familia. Pero ¿realmente ayudamos a nuestros alumnos a aprender a ser felices? Aprender a disfrutar de un paisaje o de la música, experimentar satisfacción en nuestras relaciones de amistad, autorregular nuestra conducta con una sensación permanente de consciencia ycalma, comprometerse en acciones que contribuyan a mejorar el medio ambiente y erradicar las injusticias en el mundo, y un sinfín de otras muchas habilidades que pueden promover el bienestar personal y social, son tareas que los niños y jóvenes no aprenderían fácilmente por sí mismos, y que exigen la colaboración de los adultos responsables de su educación. Este trabajo no es cuestión exclusiva delsistema educativo, sino que debería ser una acción conjunta y coordinada desde todos los ámbitos implicados en la formación de nuestros niños y jóvenes. Como padres y como educadores, ¿podemos hacer algo al respecto?
En el ámbito educativo, son muchas las posibilidades que ofrece la Psicología Positiva, si bien, dada su breve trayectoria, existen en este terreno muchos campos sin explorar,pendientes de recibir los beneficios de las aportaciones de esta novedosa disciplina. A lo largo de los últimos años se han ido desarrollando diversas experiencias de aplicación al mundo educativo, y en la actualidad ya se habla de una disciplina emergente: la «Educación Positiva», es decir, la Psicología Positiva aplicada a la Educación. Sin embargo, en la revisión bibliográfica que hemos realizadodurante los dos últimos años, echamos en falta una visión global de la escuela y de la educación: creemos que, más allá de intervenciones parciales dirigidas a campos muy específicos —la prevención de la violencia, las habilidades sociales, la inteligencia emocional...—, hay que avanzar hacia una visión de conjunto, que permita integrar dentro de un marco más holístico lo que ya se viene haciendo en lasaulas. Ya que no encontrábamos ningún programa educativo que cumpliera estas condiciones —estar basado en la Psicología Positiva y, a la vez, tener una perspectiva global del trabajo en las aulas—, un grupo de docentes nos pusimos manos a la obra. Así, en mayo de 2009, un equipo de profesoras y asesores del Centro de Profesores
y de Recursos Juan de Lanuza de Zaragoza, decidimos comenzar con...
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