Programa Psicoanaisis

El sujeto y la huída de sí mismo.
Eva Véjar


Resumen:

En el presente trabajo, se abordará primeramente la idea de la carencia que impone el sacrificio de la satisfacción pulsional dada por la cultura, planteando la interrogante de si existiría un cambio en la estructura de este vacío o si hablamos de uno igual al que plantea Freud. Se intentará afirmar que ese vacío es diferente, puesse encuentra marcado por el intento de ser llenado a partir del exceso: de la pulsión. Se tocará también el tema del cambio en cuanto al síntoma, y se plantea la idea de que pueda deberse precisamente al cambio en la manera en que se llena ese vacío. Siendo antes una elaboración más bien simbólica, mientras que ahora el síntoma es la pulsión en sí, manifiesta. Todo esto marcado por el desgano devivir y la huída de sí mismo característico de la subjetividad actual.


Palabras claves: Vacío, Desgano, Huída de sí mismo.












Introducción:

Para el Psicoanálisis, el sujeto está constituído desde la falta, que permite un lugar al deseo. Desde la insatisfacción. El concepto en sí de “carencia” impone evidentemente la idea de un sacrificio pulsional. Sin embargo, bajoel contexto de la postmodernidad, se plantea la interrogante de si existiría un cambio de síntoma o un cambio en la estructura misma del sujeto. O quizás un cambio en la estructura de este vacío.

¿Cuál es el síntoma que caracteriza al sujeto de la sociedad actual? ¿Cómo llena este vacío aparentemente diferente? ¿Es el exceso: la pulsión misma, el camino que guía a la sociedad postmoderna?.Se enmarcan en este contexto diversos síntomas, siendo quizás el más común, ese sentimiento de desgano de vivir, de despreocupación por el origen mismo del padecimiento, mientras la medicalización alcanza cada vez mayores niveles, en un intento de huir de sí mismo característico de la subjetividad actual.

Entonces, la depresión parece ser el mal característico de este siglo. Y a la vez, sesigue extendiendo el abuso de los medicamentos antidepresivos para combatir un malestar que tiene su origen en la insatisfacción provocada por el narcisismo y por el no cumplimiento de las expectativas impuestas por la cultura, lo que podría ser en realidad una desorientación existencial.

Todo esto abordado principalmente a partir del texto de Erhenberg, “La Fatiga de ser uno mismo” y del texto“La “reflexión” cotidiana, hacia una arqueología de la experiencia”, de Humberto Giannini.





Un nuevo malestar:

El hombre, con la entrada en la cultura, se ve obligado a sacrificar una parte de su satisfacción pulsional en beneficio del bienestar común. Lo que evidentemente, le impone limitaciones en su actuar. Es la cultura quién media y canaliza la pulsión, ofreciendo medidassustitutivas para su satisfacción. Sin embargo, la cultura no puede sostener toda la pulsión, poniendo en permanente tensión la posibilidad de desintegración de la misma. Se entrega libertad a cambio de seguridad común y esto es lo que une a la cultura, lo que mantiene el vínculo.[1]
Pero ¿es el sujeto de la época de Freud el mismo de hoy en día? ¿El vacío estructural se vivencia de la mismamanera? Podríamos decir que por lo menos desde la segunda mitad del Siglo XX existe un nuevo malestar. La sociedad ha permitido que las necesidades básicas sean satisfechas, y que este sujeto vacío se vea contrapuesto a un individuo económico, marcado por el capitalismo, con capacidad de adquisición. Y en esta característica ha encontrado su identidad, en lo que se tiene, en el “poder tener”.Es así como la renuncia pulsional ya no nos lleva a la falta, sino al goce de la satisfacción sin límites, a un choque con la pulsión (de muerte) misma. Nada está prohibido.
Nos encontramos frente a un sujeto soberano de sí mismo, que puede hacer lo que quiera. Pero esto no lo deja más satisfecho, no es más feliz. Somos responsables de nuestras decisiones y llevamos sobre los...