Progreso
Todo en este mundo cambia, lo estático simplemente esta muerto; todo escoge uno de dos caminos o evoluciona y se perfecciona o se degenera y se corrompe. Cuando una idea empieza a cambiar todos debemos de tener cuidado.
La niña de escasos ocho años o menos, se levanto del sillón, dejo por un momento de ver la tele; los comerciales ya habían comenzado. En el ambiente a su alrededorlentamente fue atenuándose la música de Chopin proveniente del otro extremo del pasillo que por un lado desembocaba en la estancia donde se hallaba y por el otro unía a esta con la cocina aledaña al comedor donde su padre pintaba en esos momentos. Poco a poco el volumen de la música disminuía, con forme caminaba en dirección opuesta al pasillo sobre un andar tan pasivo y tranquilo como el sentirde todo su interior en ese preciso momento; totalmente limpio de cualquier mal o derivado, de cualquier bien o preponderancia descarriada, de cualquier felicidad o estúpida alegría, de cualquier melancolía o fatalismo; lleno solamente con estabilidad y calma, de separación de si misma y de vacío, todo dejado por el monótono mirar de la televisión sin verdaderamente observar algo en algún momento.Después de seis pasos sus manos alcanzaron la aldaba de la puerta contigua a la televisión, la puerta de vitrales que daba al amplio patio trasero donde algunas veces en el pasado se habían organizado comidas como la que su familia llevaría a cavo en algunos momentos, tal vez menos de una hora con algo de suerte. Dejando otros ocho pasos atrás y eludiendo una maceta colocada en el suelo, colocadajusto al lado del área circular que delimitaba el territorio de ese enorme árbol tan bien conocido por la niña; pudo pararse en el borde del piso de cemento, el borde entre este y el césped del amplio patio, permitiendo así a sus brazos estar lo suficientemente cerca para que sólo un simple esfuerzo fuera necesario para llevar sus manos hasta ese objeto: Una suerte de móvil suspendido por gruesoshilos que pendían de una casita colocada en el árbol y cuya figura semejaba a una gaviota cargando la figurilla de un pequeño pez, figurilla sostenida por otro grueso hilo que a su vez pendía de la misma gaviota.
Bastaba jalar un poco hacia arriba o abajo el ala, tirar de la figurilla del pescadillo o bien esperar a que soplara el viento para que la gaviota meciera verticalmente sus alas; acciónque simulaba el vuelo y durante la cual, sólo por el breve momento en el que las alas se encontraban abajo y dejaban ver su llana superficie superior y la limpia pintura que le cubría, creaba un brillo cuando el sol se hallaba en posición, brillo que ya muchas veces antes, en ocasiones como una molestia, se había hecho divisar desde el sillón, del otro lado de la puerta de vitrales, siempre almomento de ese programa.
Mientras contemplaba el mecer vertical de las alas seguía sumergida en la pasividad y tranquilidad de su propio interior, Sin ninguna deducción de la razón o ninguna pasión creciente de algún sentimiento; así hasta que la figurilla se detuvo por completo. De repente, de la nada le surgió un pensamiento “¿Qué se sentiría ser el viento al correr alrededor del móvil de lagaviota?”, de manera casi inmediata, casi innata, sin proponérselo realmente, surgió la posible respuesta, prácticamente también de la nada, como desencadenada por la misma pregunta: “Tal vez sea como no tener cuerpo y aun así sentir, o como estar hecha de agua y poder el ser atravesada por un sólido; Tal vez eso sea como sentir pasar algo a través de todo el cuerpo”; aunque no lo sabia teniaconfianza en la certeza que había logrado, en que así debía de ser, no podía comprobarse pero era completamente lógico. De manera inconsciente, casi automática, su pensar le esbozo un “por que”, sin decirlo o concretarlo con algunas palabras, ni siquiera en su propia mente, imagino que dicha sensación podría ser como una cosquilleo; “un juguete nuevo para el viento” pensó entonces.
“Juega con tu...
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