prologo al hachero

Páginas: 8 (1926 palabras) Publicado: 24 de mayo de 2015
Prólogo a "Julio César Puppo (El Hachero) - CRÓNICAS"
Heber Raviolo




La crónica costumbrista, que nace entre nosotros en el siglo XIX con Isidoro de María (1815-1906) y Daniel Muñoz (Sansón Carrasco) (1849-1930), tiene en nuestro siglo numerosos representantes que a través, fundamentalmente, del trabajo periodístico —y en determinada etapa concentrados en gran medida en torno a Julio E.Suárez y su revista Peloduro—, realizan una empecinada tarea de "descubrimiento" literario de nuestra ciudad, de sus rincones más típicos o más humildes, de sus costumbres más arraigadas o más insólitas, de sus personajes esencialmente populares o, simplemente, desconocidos. En medio de una pléyade de nombres entre los cuales no es posible dejar de mencionar a Rómulo Rossi. (1879-1945) y Luis AlbertoVarela, la obra de Julio César Puppo, El Hachero, (m. 1966) sobresale sin duda por sus calidades inusuales, su originalidad, la riqueza y abundancia de tipos y caracteres, y por su extraordinaria felicidad de lenguaje, bajo la apariencia de una humildad de intenciones y de forma que queda desbaratada no bien nos ponemos a analizarla más allá de su primer impacto cordial.
Medio siglo largo de vidamontevideana palpita en esas crónicas menudas, de dos o tres carillas, que durante casi otros tantos años El Hachero desgranó en las páginas de Mundo Uruguayo, El País, La Tribuna Popular, Peloduro, Fútbol-Actualidad, Marcha y otros periódicos y revistas. La recopilación, ordenamiento y publicación de todo ese vastísimo material es, desgraciadamente, una tarea todavía por realizar, y hasta elmomento sólo una pequeña parte ha sido recogido en libro: Crónicas de El Hachero, Editorial Nueva América, s. f.[1], Ese mundo del Bajo, Arca, Montevideo, Nueve contra once, Arca, Montevideo, 1976 y ahora estas que publicamos en Lectores de Banda Oriental.

Habíamos planeado el presente volumen como una selección de la obra de los últimos años de El Hachero que no había sido incluida en los dosmencionados volúmenes de Arca[2], pero finalmente no resistimos la tentación de agregar las tres crónicas iniciales, ya publicadas en libro[3], como una especie de mini-antología personal, por un lado, y, por otro, como una muestra del estilo de El Hachero hacia la década del cuarenta. A ellos agregamos, a último momento, gracias a una información proporcionada por Alfredo Castellanos, Esta es la historiade un crack, publicada en Mundo Uruguayo de diciembre 9, 16, 23 y 30 de 1937 y enero 13, enero 20 y febrero 3 de 1938.[4]
Como bien lo ha hecho notar Jorge Sclavo, con el tiempo el estilo de El Hachero cambió, "se modernizó". Tal vez el cambio vaya más allá de una simple modernización, o esa transformación no sea otra cosa que el reflejo del lento tránsito montevideano desde la gran aldea que aprincipios de siglo apenas desbordaba los límites de la ciudad vieja, a la ciudad con pretensiones cosmopolitas y en camino de perder buena parte de su carácter distintivo que ya se perfilaba en los últimos años de la vida de Julio César Puppo. Es difícil, por otra parte, decidirse y afirmar si preferimos el estilo más "reo" de sus colaboraciones en El País, Mundo Uruguayo y La Tribuna Popular, oel más afinado de sus Crónicas de Marcha, pues en ambos podríamos encontrar numerosos ejemplos de sus mejores atributos.
En primer lugar, su fabulosa capacidad inventiva en materia de imágenes. Si alguien encarara un estudio de las metáforas y comparaciones en las Crónicas de El Hachero, podría resultar sorprendido y apabullado por su número y por su calidad inusual. Es una verdadera avalancha deimágenes que a menudo comienzan siendo insólitas, pero de tal plasticidad que terminan por parecemos casi naturales y nos preguntamos por qué nunca las habíamos relacionado antes con su objeto referencial. Un trajecito a cuadros se puede parecer a un extracto de lotería, una persona masticar como una máquina de coser, una agitada señora, vieja y gorda, se nos transforma en una locomotora cuando...
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