Prologo

É r a s e u n a v e z u n p r ól o g o.


Cierto día la pregunta de un adolescente me tomó por sorpresa. No porque fuera descabellada, sino porque en otra ocasión la misma duda me había perseguido sin atreverme a decirla en voz alta, y mucho menos de una manera tan desfachatada como aquel chico. Fue cuando escuche su poca timbrada voz, pues se encontraba en plena pubertad y los cambios deniño a hombre comenzaban a manifestarse, que me percaté de mi ignorancia. ¿Para qué diablos sirven los prólogos?, seguía cuestionando el muchacho. En ese momento para callarlo contesté lo que cualquier catedrático con poco sentido común contestaría: sirven para proporcionar datos del autor y ayudar en tu aprendizaje. Pero a pesar de sonar convencida, mi curiosidad no me permitió continuar con mirutina diaria; fue después de varias horas que tuve oportunidad de cuestionármelo de una manera seria en busca de una posible respuesta. Error mío fue el pensar que en aquella ocasión la encontraría, pero al menos despertó en mí la interrogante que hoy pretendo contestarme. Luego de analizar la pregunta y considerar la edad del joven, recordé que en efecto durante esa etapa de nuestra vida, en la quelos problemas entre amigos y amores no correspondidos ocupan toda nuestra mente, los libros son el último tema de conversación y la tarea escolar representa un mero requisito. ¿Quién no ha saltado un prólogo por la premura de leer el resto del texto o por escapar de una innumerable lista de fechas, datos y alabanzas al escritor? Confieso que en repetidas ocasiones, y hace por lo menos década ymedia, prefería omitir la información del prologuista y dedicarme de lleno a la aventura que estaba por contarme el resto de la edición. Fue hasta que cursaba la preparatoria que comencé a volverme ávida por la lectura, y las páginas que anteceden al escrito principal adquirieron otro significado que el de la pérdida de tiempo en el que las tenía clasificadas. Hoy día la diversidad de los prólogosy sus múltiples características hacen titánica la tarea de analizar cada uno de manera exhaustiva, colocándome en la posición de aquel curioso que pretende descubrir el hilo negro sin tener idea por dónde comenzar. Quizá lo más atinado sea tomar el camino de esa diversidad para poder determinar los tipos de prólogos que conforman el mundo literario. Espero que mi camino a tal exploración no seainterrumpido sin éxito al tercer intento, pues a diferencia de Sor Juana en su reconocido Primero Sueño, querría varias veces volver a quedar dormida para poder concluir mi viaje y no quedarme con la eterna interrogante. La extensión es sin duda una de las características del prólogo que el lector - a primera vista - por muy novato que sea, puede notar de inmediato. Los hay en extremo cortoso interminablemente largos, donde los primeros suelen distinguirse no sólo por la escasez de palabras sino por la superficialidad de su propuesta; y los segundos suelen rayar en el exceso de información, llegando a parecer en ocasiones que el prologuista escribe más cantidad de páginas que el propio autor. Mi poca experiencia en la lectura de prólogos me ha hecho notar que su extensión seencuentra íntimamente ligada al escritor y la calidad de su obra. Difícil resultaría encontrar un prólogo amplio si el escritor al que se le prologa no tiene experiencia, es su primera obra o carece de talento; eso me lleva a pensar que la extensión de un prólogo depende de lo que se necesite decir “sobre”, y no de la cantidad de páginas que se requieran. Y no es ilógico pensarlo en esos términos si setoma en cuenta que cualquier prólogo va acompañado de un cierto – o mucho – grado de opinión. Siempre he estado en desacuerdo cuando se afirma que los investigadores deben ser objetivos sobre su objeto de estudio, aseveración absurda si se toma en cuenta que la elección de dicho objeto es generada por la pasión. En el caso de la literatura, el apasionamiento es el origen de cualquier línea de...