prologo



PROLOGO.

6 de Septiembre 1946. Chicago.
Dylan conducía su Ford Sephyr, su trabajo era extraño y oscuro como lo había pocos en esa época. Jamás hablaba de él para no levantar ningunasospecha. Era bien pagado por la empresa, si es que así se le puede llamar al lugar para el que trabajaba. Por eso se podía permitir un capricho cuando su ego se lo permitía como por ejemplo, ese coche.
Sudestino se encontraba relativamente lejos, al otro lado de la ciudad. Así que para matar el tiempo, Dylan prendió un cigarro. Tomo la cajetilla de sus Lung’s Tabaf, unos cigarros baratos que no ledaba pena mostrar a las grandes personalidades. Lo encendió, bajo la ventanilla del coche y se llevó el rollo de tabaco a los labios.
Eran las 2:05 de la mañana. En la oficina tenían un tocadiscos parades estresar de vez en cuando a los empleados y a los clientes que rara vez hacían presencia en ese lugar. El problema es que solo había un vinilo ya que nadie se molestaba en comprar más, todosescuchaban siempre una canción de The Andrew Sisters, una canción con un titulo impronunciable y difícil. Pero con una letra divertida de cantar, incluso después de haberla escuchado por quien sabecuántas veces, Dylan comenzó a tararearla y dar golpecitos en el volante.
-You're really swell, I have to admit you… Cristo bendito!. ¿Dónde estaba ese maldito departamento?
Las calles de Chicago estabanvacías, con neblina saliendo de las alcantarillas, faros con luces parpadeantes y un frio apenas soportable. No había ni un alma en ninguna calle, parecía que en esa ciudad existía algún toque dequeda. Lo extraño es que Dylan se comportaba indiferente ante el panorama que presenciaba. Porque le tocaba ver este paisaje todas las madrugadas.
Y esa noche como muchas otras tenía que buscar a unCaído, su jornada normal de trabajo.
Las ventanas del auto se empañaban cada vez más y él las limpiaba con su saco que retiró de la tintorería esa mañana. Dylan se asomaba, sabía que estaba...