propaganda totalitaria
El desenvolvimiento de la obra es tan directo como el mismo enunciado de los objetivos. En el prólogopropone la hipótesis de Ellul y, a continuación, en ocho capÃtulos muy breves, describe el uso de todos los medios, de los sistemas de difusión y formación, de los valores, técnicas psicológicas e instrumentos de motivación con que Hitler y Goebbels llegaron a todos los segmentos de la opinión. Todo para demostrar lo que se pretendÃa: que la propaganda nazi fue total. En el últimocapÃtulo saca las conclusiones, tanto para el caso histórico como para técnicas actuales.
Lo primero que impresiona en el libro de MarÃa Victoria MejÃa es la cantidad de información recopilada sobre el tema, desde panfletos y volantes hasta cine, pasando por discursos, prensa, radio, carteles, todo queda consignado. Ese es, sin duda, el gran aporte. Las dudas, sin embargo, comienzan en esemismo campo: ¿era necesario escribir un libro para comprobar que el nazismo utilizó todos los medios y técnicas de persuasión a su alcance? La ventaja que ofrece sobre otros escritos es que aquà queda todo muy bien organizado y en forma muy sintética.
Las dudas crecen a medida que se avanza en la lectura. Es evidente que la autora no quiere o no juzga necesario meterse en debates teóricos;simplemente acepta el postulado de que la propaganda es efectiva cuando es total y cuando se realiza en circunstancias sociales favorables. Esas circunstancias son, en la época de Hitler, el ansia alemana de recuperar el poderÃo perdido después de la primera guerra, el afán de borrar las humillaciones recibidas desde 1919, la fuerza que estaban adquiriendo las tesis antisemitas y anticomunistasy la depresión económica de los años treinta, factores que explican por qué Alemania "esperaba con ansiedad a alguien, un segundo mesÃas que la rescatara de la postración polÃtica y económica en que se hallaba sumida" (pág. 12).
Sucede que hoy en dÃa esa teorÃa se juzga demasiado simple, por concebir que la relación entre los mensajes de los medios y los receptores actúa según lafórmula conductista de causa y efecto. Un debate en este sentido se echa de menos en el libro, y ese vacÃo es . lo que le permite sobrevalorar el alcance de los medios y de las técnicas de oratoria hasta llevarla a aceptar sin discusión el concepto de Reimann: "el nacionalsocialismo llegó a ser grande gracias a sus oradores principales" (pág. 50), de lo cual se podrÃa colegir que todo sereduce al dominio de unas técnicas: "Goebbels ponÃa en sus discursos, tristeza, emoción, énfasis, humor, ironÃa, sarcasmo, histeria, amenaza, según lo exigieran las circunstancias" (pág. 49). Al simplificar tanto las cosas, se le escapan datos que podÃan cuestionarle el postulado inicial. En la página 73 cuenta que, cuando se estimuló a los soldados para que compusieran canciones a lapatria, crearon la famosa Lilii Marlene, que "contó con el rechazo de Goebbels y con la prohibición del régimen", pese a lo cual se constituyó en una especie de himno sentimental y en un sÃmbolo de los combatientes. Era casi elemental pensar que en ese tipo de hechos afloraba algo, una actividad de los soldados que se salÃa del control no sólo del poder del régimen sino de la propaganda...
Regístrate para leer el documento completo.