Propuesta mínima para mejorar la calidad académica

Propuesta mínima para mejorar la calidad académica

Efrén Mesa Montaña

En una reciente columna, Umberto Eco refiere la sorpresa que se llevó al leer los resultados de una encuesta en Gran Bretaña, donde se deja ver que un 25% de los ingleses está convencido que Churchill es un personaje de fantasía, y lo mismo pasa con Gandhi y Dickens. Esta preocupación la había esbozado ya en la década delos setenta, cuando comprobó, en el ejercicio de la docencia la manera como la humanidad se hallaba en franco retroceso cultural gracias al influjo y dependencia de la tecnología y, en esa dirección, el alejamiento de la búsqueda y producción de conocimiento . Para rematar, la preocupación por el retroceso en que se halla la humanidad, lo llevó el año pasado a publicar una compilación deartículos en los que desde la óptica empleada en los setenta, pone de manifiesto que efectivamente la historia parece marchar a paso de cangrejo; es decir, hacia atrás . Si estas preocupaciones parten de evidencias absolutamente manifiestas en países desarrollados, en los países subdesarrollados, como Colombia, las cosas son de otro calibre y las preocupaciones, en materia de educación, debieran ser muchomás graves por la complejidad y el deterioro de la cultura.

Por ello, no deja de ser una paradoja los fines y la calidad de educación que tiene como propósitos fundamentales el Plan decenal de educación recién sancionado. Pretende, entre otros objetivos, crear una cultura de la investigación, diseñar currículos que garanticen el desarrollo de competencias a nivel personal, social y laboral, yque éstos, además, hacia el año 2016 se fortalezcan y contextualicen desde la educación inicial hasta la superior y orientados hacia desarrollo de las dimensiones del ser, a la construcción de la identidad nacional, la democracia y el acceso al conocimiento y la cultura, mediante procesos de calidad que incentiven el aprendizaje, la investigación y permanencia; se busca, por otra parte, que elperfil del estudiante no sea otro que el de un ciudadano en ejercicio: democrático, con capacidad de acceder al conocimiento científico, técnico, cultural y artístico, y competente en su desarrollo personal, social y laboral: como la ética kantiana, un manual de buenas intenciones, ajeno a la realidad.

Pues bien, frente a la realidad que promulga la legislación vigente, se puede decir que seencuentra en abierta contradicción en los siguientes aspectos:

1. Desde la sanción del decreto 230, todo apunta a la pauperización de la educación. El decreto, que en el fondo busca reducir la deserción escolar (cuando el Estado excluye económica y socialmente a los jóvenes, los quiere mantener en la escuela para que no delincan en las calles), permite que sólo un 5% de la población repruebe el añoescolar, aun cuando la realidad del sistema admita que es el 95% el que efectivamente reprueba el año en virtud de que la flexibilidad del decreto induce la falta de compromiso de los estudiantes, desestimula la práctica del derecho de participación y promueve la total ausencia de interés investigativo y en general del conocimiento, pues si un estudiante estudia o no, igualmente será promovido.2. El decreto 230 tiene el germen de la exclusión y es generador de violencia escolar. En lo primero, un joven que se gradúe de bachiller, aun sin saber leer y escribir, como la experiencia me indica, jamás podrá acceder a la educación superior, tanto por el exiguo estado de sus conocimientos académicos como, porque, habiendo reprobado una o varias asignaturas, sin haberlas nivelado, el diplomano le servirá para otra cosa que adornar la pared de su entorno. En lo segundo, los jóvenes, sin ninguna responsabilidad académica, encuentran en la escuela no sólo el lugar donde dan rienda suelta a sus frustraciones de exclusión, sino la oportunidad para desahogar los fracasos de la vida familiar o laboral; la violencia escolar, en pleno aumento, no es otra cosa que la expresión del fracaso...