Protesta social y el mundo a fines de la década del 60
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), Asia y Áfricafueron escenario de un proceso acelerado de construcción de nuevas naciones. En efecto, en uno y otro continente un gran número de colonias logró su emancipación de las grandes potencias europeas (Argelia, Ghana, Congo, Camerún, República Centroafricana, entre otras). En Europa Oriental, varios países del llamado bloque socialista (Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia) se rebelaban de alguna maneracontra el poder que ejercía la URSS sobre ellos y en oposición al modelo político-económico que desde Moscú se les imponía imitar. Estos nuevos socialismos, estos nuevos proyectos que sin abandonar la idea de la socialización de las riquezas, ensayaban sus propias modalidades y constituyeron ejemplos atractivos para gran parte de los movimientos revolucionarios de todo el mundo.
En el caso deAmérica Latina, estos movimientos reconocían diversas tradiciones políticas e ideológicas; encontraban, sin embargo, un común denominador: su postura “antiimperialista”, es decir, su oposición al poder que sobre la región ejercían los Estados Unidos. Muchos de estos movimientos planteaban, además, un cambio radical del sistema socio-económico. Y esto porque el capitalismo dependiente que caracterizabaa la mayoría de los países latinoamericanos había demostrado ser fuente de desigualdades económicas, injusticias sociales y escaso y desigual desarrollo productivo. En oposición, el socialismo aparecía, en este contexto, como un modelo justo, equitativo, atento a las dignidades humanas. Es indudable que la Revolución Cubana (1959) constituyó un impulso de envergadura para estos movimientos.Mientras tanto, en el resto de Latinoamérica los recurrentes golpes de Estado y las diversas prácticas autoritarias y represivas de las clases dominantes venían a confirmar que éstas no estaban dispuestas a ceder sus privilegios económicos y políticos. El derrocamiento de gobiernos constitucionales y la consecuente instalación de dictaduras fue una de las características distintivas de gran parte de lahistoria política Argentina del siglo XX. Entre 1930 y 1976, las Fuerzas Armadas encabezaron seis golpes de Estado y sólo dos gobiernos constitucionales lograron culminar su mandato. En esta tradición, las restricciones y actividades represivas y la alternancia entre democracias restringidas y dictaduras militares contribuyeron a consolidar una cultura política a lo largo del siglo XXcaracterizada, entre otras cosas, por el descrédito, el escepticismo y hasta el desprecio hacia las instituciones y los principios de la democracia parlamentaria. Sin embargo no es extraño entonces, que los jóvenes que se incorporaron a la vida pública entre mediados de la década del '50 y mediados de la del '70 hayan conocido y aprendido una versión de la política signada por la violencia institucional,...
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