Protocolos Del Amor.

Protocolos del Amor.

Primer encuentro. Margen roto. 1 Se podría decir que había llegado a un punto de inflexión en su vida. Algo difícil de admitir para alguien como él, que siempre trataba de competir por ser el mejor en todo lo que pudiera serlo y, quizá por eso mismo, necesitaba un cambio. Claramente ya no tenía la edad para seguir fingiendo superioridad física con los jóvenes quefrecuentaban el mismo gimnasio al que iba cinco veces a la semana, o tratar de impresionar a las chicas con frivolidades como su habilidad para tocar el saxofón y su gusto por música más sofisticada como el Jazz y el Rock Progresivo. No, ya no podía seguir en esa etapa. Y su miedo a la intimidad debía acabar. Sí, era momento de una relación seria. Pero… ¿con quién? Sus compañeras de trabajo claramente noquerían nada con él (cosa notoria para todos, menos para él, que siempre se jactaba de ser constantemente seducido por ellas) y no tenía amigas cercanas con quienes pudiera establecer lazos más fuertes que una amistad. No era bueno para conocer mujeres en bares ni en clubes nocturnos. Para que esforzarme ya. Pensaba él, desanimado. Siempre que comenzaba algo serio con una mujer, sus“imperfecciones” relucían cual asesino para matar su relación de un traicionero cuchillazo en su espalda. Quizá debía buscar a una mujer diferente, para obtener resultados diferentes. A pesar de que siempre gustó de las mujeres extremadamente femeninas, tranquilas y tiernas. Para darse cuenta al final que solo les importaba el maquillaje, los cojines rosados y los pequeños detalles, los cuales eran la “única”forma de demostrar afecto que ellas reconociesen y disfrutasen. Al diablo con todo, pensó. Su microbús se comenzó a dibujar a través de la niebla, una excusa perfecta para dejar de martirizarse con la idea de que un cambio en su vida era vital para salir del agujero en el que se metió años atrás, al divorciarse. Extendió la mano para detener la gran máquina que comenzó a chillar al detenerse frentesuyo. Subió, pagó el pasaje como todos los días y avanzó entre la gente que obstruía el pasillo. Todo lo rutinario. No, algo era diferente. Una mujer distrajo su mirada hacia un asiento en particular. Su corazón se detuvo una centésima de segundo, como agarrando vuelo para luego latir con más rapidez. Sus facciones eran hermosas, nariz pequeña y respingada, ojos grandes y de un color precioso, sinsombra, y, vaya labios. Rosados por naturaleza, sin ningún rastro de brillo labial siquiera. Aquella mujer estaba totalmente desinteresada de obtener la mirada de los hombres, contemplando el paisaje sin preocuparse del exterior. Pero su táctica no funcionó con él, por alguna razón esa mujer, que en cualquier otra ocasión hubiera sido digna de su indiferencia, lo cautivó profundamente. Siguiócaminando, sin dejar de mirarla, sin miedo a que los demás lo notasen, colándose entre la gente hasta pasar el asiento de la mujer, llegando a estar frente a la puerta trasera del microbús y quedándose allí. Segundo encuentro. Primeras palabras, primer fracaso. 2 Ahí estaba ella, la chica del bus, con su aspecto rudo y ausente, indiferente y frío, fingiendo estar desconectada de toda la gente que larodeaba, tal y como la conoció esa misma mañana en el bus de ida a su trabajo. Con un cigarrillo pendiendo entre sus finos y temblorosos dedos.

-Hola –dijo, temerosamente. Sin poder creer que realmente se haya armado de valor para acercarse a ella. Sin más respuesta que una breve mirada bañada en desprecio, seguido de una aspirada del cigarro que uso nada más que para cubrir un suspiro dehastío, se dispuso a marcharse. Dejar lo que podría ser la solución al puto círculo vicioso en el que se encontraba, aquel que le había causado esas marcas imborrables en su corazón, esos latidos gastados y a la fuerza, aquellos días sin valor ni sentido, solo en su apartamento, esa soledad impenetrable que le recordaba lo tonto que podía llegar a ser, lo vacío que lo pudo dejar una, al fin y al...