Proyecto Nacional De La cLase Dominante
Las clases sociales perfilan su carácter en la lucha política, es decir, en la lucha por el poder. Una clase social adquiere con¬ciencia «de sí y para sí» en la confrontación política con otras clases. El poder político constituye la piedra angu¬lar en tomo a la cual gira la lucha de clases en su forma más dramática y de¬cisiva. La clase social quedetenta el poder subyuga a las otras clases, imponiéndose por la fuerza del Estado o neutralizándolas como aliadas de segundo orden. En la base se encuentra el modo de producción imperante. La hegemo¬nía la ejerce la clase o el sector de clase que tenga en sus manos las palancas fundamentales de ese modo de produc¬ción. Las contradicciones no se encuen¬tran sólo a nivel de antagonismos inso¬lublesde clase contra clase sino tam¬bién en el seno de cada clase. Entender este fenómeno en cada momento histó¬rico, saber cual es la clase o sector he¬gemónico, es la clave de toda política revolucionaria.
En Venezuela el imperialismo nor¬teamericano ejerce el dominio sobre toda la nación. Salvo la burguesía a él asociada, su indispensable aliado, todas las demás clases conforman un comple¬jobloque de clases dominadas. El im¬perialismo impide que sectores de la burguesía alcancen su propio desarro¬llo y condena a obreros, campesinos y capas medias al papel de convidados de piedra en el reparto de las riquezas y la dirección política del país. Obreros, campesinos, capas medias y sectores de la burguesía son el bloque subyugado. El problema del poder no sólo podemos entenderlo dentro deeste contradicto¬rio cuadro. De allí la carencia de un proyecto nacional independiente. Los representantes del status político osci¬lan entre los diversos intereses clasistas y siempre, al fin y al cabo, actúan en favor del bloque dominante. Necesi¬tados de legitimación ante la inmensa mayoría, hacen todo género de prome¬sas que no cumplen y sucumben ante el imperialismo.
Esta es una constante denuestra his¬toria republicana y, con la excepción de Cuba Revolucionaria, continúa siendo la historia de Latinoamérica y El Cari¬be, que adquiere mayor agudeza y cla¬ridad con la globalización y el neolibe¬ralismo.
Las clases sociales no son compar¬timientos estancos, pese a que el abismo económico entre ricos y pobres se ensancha y profundiza cada vez más. La lucha que se libra entre ellasgenera mutuas influencias, más o menos inten¬sas, en lo ideológico y político. Por eso la importancia de arrancar la justifica¬ción ideológica y política a la clase ad¬versa. De allí las contradicciones en el seno de los gobiernos y en el movimien¬to popular. Porque la dominación no se ejerce de manera mecánica, requiere de cierto grado de consenso y en cierto momento cede ante las presiones deotros sectores sociales ante las condi¬ciones objetivas. Se construyen las empresas básicas, se nacionaliza el petró¬leo y el hierro y luego se emprende la privatización, se abandona la educación y la salud, se degradan los salarios, se pone fin a la política habitacional, se arremete contra las conquistas de los trabajadores. Cunde el desempleo, la pobreza crítica y la delincuencia. Es un círculoinfernal sin salida dentro de la dominación imperialista.
Para dominar la economía es nece¬sario el control del Estado. En Venezuela éste ha sido jurídicamente el due¬ño de nuestras inmensas riquezas natu¬rales y el capitalismo de Estado ha ju¬gado papel de primer orden en nuestra economía. Ha sido, en realidad, el único generador de divisas. La estrategia económica del bloque dominante ha sidosuccionar los dineros del Estado a través del crédito, los contratos y la co¬rrupción. En última instancia, las riquezas de nuestra nación termina, por los mecanismos de la dependencia, en las arcas de las transnacionales. Agréguese a ello el pago de la deuda externa. El Estado, dominado por las transnacionales, no puede diseñar ni llevar a cabo una estrategia propia de desa-rrollo ni una...
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