Luis Fuenmayor Toro No ha sido ste, hasta ahora, un tema fundamental de nuestros estudios aunque s de nuestra prctica diaria y de nuestras luchas en Venezuela. Nuestra conducta, incluso sin habernos percatado, se ha regido a lo largo de los aos por principios ticos estrictos, entendidos stos como reglas que la han normado en las distintas actividadesrealizadas en nuestra vida adulta. Reglas, adems, aceptadas voluntariamente, sin la necesidad de ninguna imposicin, sin la aparicin de ningn tipo de contradiccin entre ellas y nuestros deseos e intereses personales cotidianos. Reglas que no significaron ni significan ningn estorbo en nuestro diario quehacer. Este comportamiento tico dirigi nuestros pasos en la Universidad Central de Venezuela, primerocomo estudiante de medicina y luego como mdico-cirujano, como docente universitario, como investigador cientfico, como representante gremial del personal acadmico y desde varias posiciones del gobierno acadmico institucional, hasta en su ms elevada jerarqua. Esos mismos principios ticos tambin nos han acompaado en nuestra experiencia, ya de algunos aos, en la administracin pblica venezolana,donde hemos desarrollado un intenso combate, a veces incomprendido incluso por quienes estn de nuestro lado, por la preservacin de la tica en el ejercicio de la funcin pblica, tan necesitada en nuestros pases de un manejo pulcro y eficiente de los escasos recursos que se tienen para atender las necesidades infinitas de una poblacin carente absolutamente de todo. La tica y el subdesarrollo. La tica yla miseria, la tica y el desarrollo, la tica y la dependencia. He all tres temas claves para nuestros pases en su relacin con el primer mundo y sus posibilidades ciertas de despegar del subdesarrollo y de alcanzar, alguna vez, un nivel de vida en el que todos los habitantes satisfagan sus necesidades bsicas por lo menos. Si bien ticamente es inaceptable la miseria y se avanza en el respeto profundode la dignidad del pobre, no es menos cierto que las relaciones econmicas entre los diferentes pases del mundo no se han dado en condiciones de equidad y de justicia, como para garantizar un proceso de reduccin paulatino de la pobreza. El tratamiento dado al problema de la deuda externa de los pueblos latinoamericanos, cuyo peso negativo se hace sentir cada vez ms sobre las ya depauperadascondiciones de vida de sus habitantes, es un ejemplo que no requiere mayor explicacin y que constituye una bofetada a quienes pretenden abordar la comprensin y la solucin del problema desde el punto de vista tico. El estudio de estos temas descubre sus muchos y muy variados aspectos, as como las contradicciones inherentes a los mismos, todo ello fuente primaria para la reflexin y el estudio, para lacomprensin de esta nueva aproximacin a los problemas, para la discusin y la confrontacin y para el establecimiento de acuerdos y conclusiones vlidos, cuya ejecucin vaya ms all de la simple resolucin de un seminario internacional y que realmente ayuden a iniciar un proceso continuo hacia el logro de la equidad y la justicia entre todos los pobladores del mundo y sus gobiernos. La tica y lacooperacin internacional, la tica y los programas de ayuda, la tica y el diseo de polticas. Temas que complementan los anteriores, ahora en el campo del quehacer, y fundamentales en la elaboracin de planes, diseo de estrategias y ejecucin de acciones para el enfrentamiento exitoso de la pobreza y las severas desigualdades existentes tanto dentro de nuestras sociedades como con relacin a las sociedades delas naciones desarrolladas, cuyo elevado patrn de vida descansa substancialmente en las riquezas producidas por los pases atrasados, quienes en cambio estn de manos atadas cultural, cientfica y tecnolgicamente, como para comenzar un proceso de desarrollo sin una importante ayuda exterior. Ayuda exterior que, paradjicamente, es contraria a principios ticos de consenso y hasta ahora no ha hecho...
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