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“Presiones de una sociedad, ante los secretos de las tradiciones”
Redactado por: Michell Marie Carol León
Hace tiempo, en un pueblo muy lejano llamado San Bartolo, vivía un joven muchacho llamado: Jesús Antonio González, hijo de Don Tito González y Doña Matilde Corrales, dueños de la Finca “La Arboleda”, una de las mayores productoras de carne en toda la región.Como toda familia devota de Santiago Apóstol, patrono del pueblo Veragüense, todos los años, fielmente se encargaban de todos aquellos actos conmemorativos de la Semana Mayor: Semana Santa, a excepción de su hijo Jesús, joven rebelde con un fuerte deseo de saciar su sed de conocimiento y sabiduría, con ganas de ser conocido y de explorar todo aquello que hay fuera de las fronteras de su humildepueblo; a pesar de este sentimiento, Jesús era allegado a participar en todas las actividades religiosas realizadas en esa fecha, pero a pesar de esto él no era fiel creyente de sus tradiciones.
Jesús Antonio era un joven alto, de cabello negro, ojos verdes, como la vegetación que rodea los ríos de San Bartolo, robusto con un tono de piel bronceado, con un carácter necio pero cauteloso, todo unhombre caballeroso, gracias a la formación que adquirió de sus padres desde niño.
Durante el desarrollo de la Semana Santa, las familias de San Bartolo, se preparan para la realización de las procesiones y los diferentes festejos que se realizan durante el transcurrir de los días. Por esos días de organización y coordinación de las festividades, Don Tito le pidió a su hijo Jesús que seencargará de ayudar a sus vecinos en la celebración de la liturgia que se realiza en la noche, pero su hijo malhumorado por el pedido de su padre y con malos gestos se dirigió a la iglesia; en el camino se observaban imágenes de Jesús crucificado, altares con velos, rosarios y flores de temporada y propias de la región que adornaban sus entornos. Mientras seguían en el camino, Jesús Antonio desvió sumirada hacia una muchacha de tez blanca, pelaje negro y ondulado, que se encontraba en una pequeña casa a un costado del camino, de la cual se escuchaban rumores en el pueblo mal intencionados, donde mencionaban que una bruja habita en ella, sin embargo y a pesar de lo que se rumoraba, él sintió muchos deseos de acercárseles, pero repentinamente recordó todos aquellos comentarios que sus oídosescuchaban y desistió de su deseo, continuando con su rumbo original de llegar a la iglesia, donde se celebrarían todas las festividades religiosas.
Mientras salían las personas de la iglesia, al finalizar las festividades de la noche, Jesús Antonio, se fue con algunos amigos a tomar algo en la cantina del pueblo, allí después de un par de cervezas, volvió a ver aquella mujer cautivadora quevislumbro su mirada durante su camino a la iglesia mas tempranamente, por el cual sus ojos se desviaban y su corazón se aceleraba repentinamente y que de inmediato sus amigos sintieron el deseo creciente que Jesús no reparaba en disimular por conocer a esa bella mujer, cual había estremecido sus ser por dentro, por aquel extraño sentimiento que crecía y crecía internamente .
Sintiendo sus amigos lo queJesús no disimulaba, Jacinto Pérez y Pedro Martínez, lo motivaron con un par de nuevas cervezas para que se “amarrara los pantalones” y se llenara de valentía y fuera a conocer aquella vislumbran te mujer; en ese momento, él se tomo un sorbo de cerveza, dejando vacío el vaso sobre la barra y despidiéndose con un estrechón de mano de sus amigos, para dirigirse hacia aquella cautivadora chica, queal acercarse donde ella estaba, entre tartamudos y nervios que recorrían su cuerpo desde la canillera hasta sus dedos en los brazos, logro decirle tímidamente: ¡hola!, la mujer que estaba sentada de espalda, voltio y con una mirada fija respondió al saludo: …Hola!, el joven se presento como Jesús Antonio y muy tímidamente le pregunto el de ella, a lo cual la joven muy respetuosamente dijo: María...
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