Proyectos
El viejo Banzar, que fuera formidable guerrero, estaba de guardia en el pasillo que conducía a la parte superior de los antiguos muros de Babilonia. Arriba, los valientes defensores estaban luchando para proteger los muros. De ellos dependía la existencia futura de esta gran ciudad con sus cientos de miles de ciudadanos.
Sobre los muros se oía el rugir de los ejércitosatacantes, el grito de muchos hombres, el pisoteo de miles de caballos, el atemorizante resonar de los arietes golpeando las puertas de bronce.
En las calles detrás de las puertas, haraganeaban los lanceros, esperando defender la entrada cuando las puertas cedieron. Eran pocos para esta tarea.los ejércitos principales de babilonia estaban con su rey, lejos en el Oriente, en la gran expedicióncontra los elamitas. Ningún ataque sobre la ciudad había sido anticipado durante su ausencia, las fuerzas defensoras eran pequeñas. Inesperadamente, del norte, atacaron los poderosos ejércitos asirios. Y ahora los muros deberían resistir o Babilonia iba a ser condenada a la destrucción.
Desde la parte superior del muro, los defensores rechazaban las trepantes plataformas y escaleras de losatacantes, con flechas, aceite hirviendo y, alguno alcanzaba la parte superior, con lanzas. Miles de arqueros del enemigo arrojaban contra los defensores una mortal cortina de flechas.
El viejo Banzar tenía la posición ventajosa para las noticias. El estaba más cerca del conflicto y era el primero en enterarse de cada nuevo rechazo a los enloquecidos atacantes.
Un envejecido comerciante se acerco a él.Temblaban sus paraliticas manos.
-¡Dime! ¡Dime! –Suplicó- ¡que, ellos no pueden entrar! Mis hijos están con el buen rey. No hay ninguno para protegen a mi vieja esposa. Se robaran todas mis mercancías. De mis alimentos no dejaran nada….. Somos viejos, demasiado viejos para defendernos por nosotros mismo, demasiado viejos para ser esclavos. Moriremos de hambre. Moriremos. Dime que ellos no puedenentrar.
-Cálmate, buen comerciante –respondió el guardia-. Los muros de babilonia son fuertes. Regresa al bazar y dile a tu esposa que los muros protegerán a ustedes y a todas sus posesiones tan seguramente como los ricos tesoros del rey. Mantente pegado a los muros, no dejen que las flechas voladoras los hieran.
Una mujer, con un bebé en los brazos tomó el lugar del viejo cuando este se retiró.-Sargento, ¿Qué noticias hay de allá arriba? Dime la verdad para que yo pueda tranquilizar a mi pobre esposo. Él yace con fiebre de sus terribles heridas, aun que insiste en protegernos a mí y al niño con su escudo y lanza. Dice que será terrible la lujuria vengativa de nuestros enemigos, si ellos entran.
-Tranquiliza tu corazón, madre, que ahora y siempre los muros de babilonia te protegerán ati y a tus niños. Son altos y fuertes. ¿no escuchas los gritos de nuestros valientes defensores cuando vierten los casos de aceite hirviente sobre los escaladores?
-Sí, eso oigo, y también el resonar de los arietes que artillan nuestras puestas.
-Regresa a tu marido. Dile que las puestas son fuertes resisten los arietes. Que los escaladores trepan a los muros, pero para recibir el empuje de latanza que espera. Cuida tu camino y mantente detrás de los edificios.
Banzar se apartó despejando el pasillo para el paso de los refuerzos poderosamente armados. Cuando estos marchaban con rechinantes escudos y pesado caminar, una niñita lo jalo de su cinturón.
-Dime, por favor, soldado ¿estamos seguros? Escucho espantosos ruidos. Veo a todos los hambres sangrando. Estoy tan asustada…. ¿Quéserá de nuestra familia, de mi madre de mi hermanito y del bebé?
El formidable viejo guerrero, parpadeo y empujo hacia delante su barbilla cuando contemplo a la criatura.
-No temas pequeña, -la tranquilizo-. Los muros de Babilonia protegerán a ti y a tu madre, a tu hermanito y al bebé. Fue para seguridad de gente como ustedes, que la buena reina Semíramis los construyo hace cientos de años. Nunca...
Regístrate para leer el documento completo.