Práctica 2

Por tanto es este último dato el que podría ayudar a encontrar la resolución al problema planteado: la razón de ser de la norma en la que se establece laprohibición de que los menores donen órganos. De esta forma, utilizando el argumento “voluntas legislatoris”, se tendrían que usar los preceptos conforme a la voluntad conla que la ley emanó de texto expedido por el legislador, y en todo caso de acuerdo a la realidad en la que la norma tiene que desenvolverse. La finalidadprincipal de regulación de esta materia es evitar el tráfico de órganos, de modo que éstos sean utilizados con fines terapéuticos y siempre y cuando concurran una serie derequisitos estrictos de acuerdo con los preceptos legales. Así, parece raro que el legislador se opusiera a la donación de un órgano que una madre efectúa afavor de su hija para proteger su vida y su integridad física pudiendo obviar la aplicación del precepto que nos atañe alegando que no es esa la finalidad que sepersigue en él. Por ello parece más adecuado la aplicación de esta argumentación que la creación de una laguna en la que se basó ficticiamente la juez.
Por último, hayque considerar también la opción de negar la autorización para la donación de órganos. Observándolo con cautela, habría argumentos de peso en esta clase deargumentación.
Una teoría formalista, concretamente en este caso aplicaría la ley sin rechistar, y si el precepto determina que los menores no pueden donar órganos, nose puede autorizar. La aplicación de esta teoría aseguraría la forma de ser del derecho, aunque no lo llevaría a su adaptación a los tiempos que corren.