Psicoanálisis

Esa loca voluntad de curar

Daniel Millas


En primer lugar quiero agradecer la invitación a participar en esta mesa. Es un gusto para mi tener la oportunidad de hablar en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Como saben por la tarde darán comienzo las “XXI Jornadas de la Sección Córdoba de la Escuela de la Orientación Lacaniana” cuyo título es: “Eso de lo no queno hablan las clasificaciones. Clínica de la pulsión”. Estaré allí en la apertura, en mi condición de Director de la Escuela de la Orientación Lacaniana y como verán el tema que nos convoca aquí se encuentra íntimamente relacionado con el tema de las jornadas de esta tarde.
Comenzaré por recordar que el término cura deriva de “curare”, que quiere decir cuidado, y que implica a su vez una solicitudde sanar. De esta forma la cura queda relacionada con la demanda y el sufrimiento. A su vez, es con relación a esta demanda que se presenta el denominado “furor sanandis”, es decir, la pretensión de lograr un alivio inmediato con la desaparición de los síntomas y la implícita pretensión de hacerle un bien al paciente.
Nada más equívoco y engañoso en el campo de nuestra práctica que esa noción dequerer el bien del paciente. Es por la sencilla razón de que no sabemos qué es el bien para el paciente en cuestión y como lo advirtió Freud tempranamente, debemos rehusarnos a querer construir el destino de quien nos consulta, a formarle o a imponerle nuestros propios ideales. No buscamos aliviar los síntomas a partir de un objetivo inicial, como si fuera un modelo ideal que debemos alcanzar. Elanalista es aquél que logra responder a la demanda de curación desde un lugar inédito. No hace de la noción del bien el pivote de su práctica. Freud se encontró en lo inicios de su clínica con esta problemática, en el delicado problema del manejo de la transferencia, mas precisamente de lo que denominó “amor de transferencia”. La ilusión de una cura por el amor es el primer obstáculo que Freudencuentra en su camino.La cura por amor es una demandaque se sostiene en la ilusión neurótica de esperar resolver el síntoma sin saber nada acerca de aquello que lo determina. Sin embargo, el analista es aquél que responde a la demanda de amor de una forma inédita, ya que sin desestimarla, debe orientarla en función de un trabajo a realizar. Es decir, de encontrar el modo llevar la transferencia asu función de “motor de la cura”.
La experiencia analítica dirá Freud, es una experiencia sostenida en una relación con el saber, a partir de la cual, el paciente se encuentre en condiciones de realizar sus propias elecciones. Los efectos terapéuticos se van a obtener como una “ganancia colateral”.
No sabemos entonces qué es el bien para el paciente, así como no creemos en la cura por amor. Setrata de un principio fundamental para que el analista encuentre la posición que conviene en la experiencia analítica.
Este principio de la práctica, es correlativo a la indicación de Lacan de “no comprender”. Es una indicación muy precisa que se encuentra en su Seminario sobre Las Psicosis. En el capítulo 1, “Introducción a la cuestión de las psicosis”. Afirma Lacan: “…restituir el sentido a lacadena de los fenómenos. En sí no es falso. Lo falso, empero, es imaginar que el sentido en cuestión, es lo que se comprende.” Agrega luego: “comprender a los enfermos es un puro espejismo”. Lacan extrae una enseñanza de la clínica de las psicosis y nos propone allí una “lección primordial” para la formación del analista, señalando que hay que partir de un “malentendido fundamental”. Él mismo seencarga de mostrar que es una lección difícil de aprender, ya que más adelante, al referirse a una paciente que entrevista en su Presentación de Enfermos, confiesa: “… hago lo que les digo que no hagan…Naturalmente, comprendo: lo que prueba que todos tenemos una cosita en común con los delirantes. Al igual que ustedes, tengo lo que tiene de delirante el hombre normal.”
Como ven Lacan lleva la...