psicoanalisis y hospital

“EL PSICOANÁLISIS EN EL HOSPITAL, PERMITE INTERROGAR Y NOS INTERROGA”



El Texto “Psicoanálisis y hospital” de José Zuberman, abre la puerta para adentrarnos a una cuestión resonante ya en épocas pasadas. A saber: La compleja relación del psicoanálisis y los psicoanalistas con el hospital.
La introducción del psicoanálisis en el hospital se produce no sin grandes resistencias, generandocontradicciones en el interior mismo del cuerpo profesional de salud mental hasta el día de hoy inclusive. Partiendo de ideologías teóricas que sitúan al psicoanálisis como una práctica inaccesible para muchos, se ubica el acceso a éste como un ideal que cotiza alto y admite a unos pocos. El psicoanálisis en el hospital no solo se vio interpelado por los profesionales del propio campo de la saludmental, sino también por los profesionales médicos, que venían a cuestionar el lugar y la función del psicólogo en la institución hospitalaria.
En la época que corría entre los años 60 y 70 la historia se revierte, la situación tirana cambia, produciendo un acercamiento entre médicos residentes y psicólogos con analistas, mediante supervisiones y la creación de grupos para pensar alguna posiciónde éstos, dentro del servicio. Asimismo se logra un dialogo que promovería consecuencias para el psicoanálisis y para el hospital. Pero no tardaron en llegar las contrariedades provocadas por dichas consecuencias. Por un lado, como claramente lo enuncia Zuberman, cuando ese saber médico hegemónico es puesto en tela de juicio e interrogado, el psicoanálisis se ve rechazado.
Con respecto a lasubestimación del cuerpo medico en relación al analista podría presumirse que proviene de aquellos tiempos donde el psi ocupaba el lugar de asistente del médico sin intervención alguna. Pero cuando los tiempos cambiaron dando paso al surgimiento de la ley de ejercicio profesional y éste adquiere una nueva autonomía con respecto al profesional medico se podría vislumbrar allí una implicancia enlas representaciones y en las concepciones que se arma alrededor del profesional.
Y por otro lado, se comienzan a hacer evidentes vacíos e inconsistencias teóricas en la práctica con el paciente ante las cuales el médico queda sin respuestas, que suelen plasmarse en frases como las siguientes, tan frecuentemente evocadas por el cuerpo médico: “¿Usted no estará nervioso por algún motivo?”,”¿Quiere contarme que le está pasando, porque los resultados están bien? ”.Es ante esta ausencia de explicación al padecimiento del consultante en las pruebas concretas, objetivas, de laboratorio, donde el psicoanálisis viene a echar luz y es admitido.
Por lo tanto se podría dilucidar que el psicoanálisis no pasa desapercibido por el discurso médico, inclusive podríamos decir que ese interrogar,perteneciente al arte de la interpretación, que hace a la función del analista estaría siendo adoptado por este gran padre que nada necesita y todo lo sabe.
Si bien con el ejemplo enunciado con anterioridad podemos celebrar por un mínimo acercamiento entre estos dos titanes que disputan por “su” lugar, también tenemos que tener los pies sobre la tierra y ver que para los analistas no hay un territoriopreestablecido en los hospitales. Entonces es allí donde nosotros, futuras generaciones de analistas debemos dar lugar a la interrogación en nosotros mismos. Comprendiendo que este acto de interrogar no solo atraviesa al analizado quien es interrogado, sino también a quien interroga, es decir el analizante.
De tal forma no pueden ausentarse en nuestra práctica hospitalaria interrogantes talescomo: ¿Qué nos mueve al ejercicio profesional en el hospital? ¿Por qué atendemos tal o cual población? ¿Se pueden abordar todas las poblaciones consultantes en el hospital? ¿Cuáles son los parámetros mínimos bajo los cuáles podemos continuar hablando de un método psicoanalítico? ¿Debemos adaptar el método a las demandas actuales? ¿Debemos rechazar aquello que “no se ajusta” a nuestro método?...