Psicologa
María Gabriela Gordón y Juan Manuel Guzmán
Teoría Humanista – Existencial
09/05/2013
VICTOR FRANKL
CONCEPCION DEL HOMBRE
"El ser humano se realiza a sí mismo en la medida que se trasciende. Sólo es plenamente cuando se deshace por algo o entrega a otro y se olvida de sí mismo".
1.-La tendencia natural de la apertura
En diversos apartados de sus obras, V. Frankl, al analizar laestructura del ser humano, afirmará, siguiendo la línea de los pensadores clásicos, que está “diseñada” y concebida, tanto desde su dimensión físico-biológica, como desde su dimensión psico-racional, para abrirse al mundo de su entorno y relacionarse con los demás. Una actitud de apertura hacia los otros “tús” humanos que no requiere para su ejercicio ninguna especie de añadidura artificial yforzada, puesto que esta actitud responde a las exigencias más propias e íntimas de la persona, Frankl es consciente además, que son diversos los pensadores y psicólogos en el S. XX, que refrendan esta aspecto esencial de nuestra naturaleza, proyectada por su trascendencia, más allá de sí mismo:
“Es propio de la naturaleza humana que sea abierta al mundoy a las cosas. En esto coinciden Max Scheler,GehlenPortman y Allport. Su esencia yace en su autotrascendencia”(Frankl, 2003)
En estas épocas estresantes e hiperactivas en la que en el que está inmersa gran parte de la sociedad occidental, son numerosas las personas que sepultadas en el ruidoso fragor de sus múltiples actividades, buscan su propia felicidad y autorrealización, en la confirmación exitosa de sus logros profesionales, en eldisfrute de sus placeres sensibles o en la aceptación social de su cuidada y edulcorada imagen externa. Se incrementan sin cesar, las instituciones y clínicas médicas, arropadas por insistentes mensajes publicitarios, que nos ofrecen, si seguimos dócilmente sus instrucciones, hermosos y estilizados cuerpos para adquirir un “look” personal, que se ajuste a los criterios dictatoriales de la “moda”imperante. Frankl, invirtiendo este orden de valores, sostendrá que la soñada autorealización y la plenitud existencial del ser humano, como preámbulos de la felicidad, no se obtiene poniendo un espejo de contención frente al mundo exterior para sestear en nuestra propia y narcisista imagen refractaria, sino que se obtiene en la medida que nos entregamos a los demás y nos olvidamos de nosotros mismos.Así lo describe en diversos párrafos de su obra
El Hombre Doliente:
“El ser humano se realiza a sí mismo en la medida que se trasciende. Sólo es plenamente cuando se deshace por algo o se entrega a otro y se olvida de sí mismo “(Frankl, 2003)
Cuando nos dejamos absorber por nuestras grandes o pequeñas tareas cotidianas y tratamos de realizarlas con competencia para que sean útiles a los demás,quedamos tan absortos en su realización, que nos olvidamos de nosotros mismos, de nuestras persistentes y obsesivas preocupaciones, y sin pretenderlo, nuestra vida y nuestra forma de estar, adquiere su más preciada y adecuada hermosura. A ello se refiere Frankl cuando escribe:
“Que hermoso es un niño cuando se le fotografía y está absorto en el juego, olvidado de sí” (Frankl, 2003)
En La Voluntadde Sentido expresará parecidos razonamientos, al poner de relieve, que el principio antropológico fundamental del ser humano, es esta natural remitencia hacia más allá de sí mismo. De acuerdo con este presupuesto, Frankl sostendrá que la apertura proyectiva de nuestros sentimientos y de nuestros actos volitivos y racionales, cuando no se autoclausuranen la propia subjetividad, sino que se expandendesde la propia interioridad hacia la realidad exterior, contribuyen, en la medida que nos trascendemos a nosotros mismos y nos entregamos en el cumplimiento de nuestros deberes, al desarrollo conjuntivo y armónico de nuestras potencialidades humanas, es decir, nos hacemos más humanos:
“El hombre es humano en la medida en que se pasa por alto y se olvida de sí mismo entregándose a una causa a...
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