psicologa
César Dávila Andrade
(ecuatoriano)
Yo soy Juan Atampam, Blas Llaguarcos, Bernabé Ladña,
Andrés Chabla, Isidro Guamancela, Pablo Pumacuri,
Marcos Lema,Gaspar Tomayco, Sebastián Caxicondor.
Nací y agonicé en Chorlaví, Chamanal, Tanlagua,
Nieblí. Sí, mucho agonicé en Chisingue,
Naxiche, Guambayna, Poaló, Cotopilaló.
Sudor de Sangretuve en Caxají, Quinchiriná,
en Cicalpa, Licto y Conrogal.
Padecí todo el Cristo de mi raza en Tixán, en Saucay,
en Molleturo, en Cojitambo, en Tovavela y Zhoray.
Añadí así, más blancuray dolor a la Cruz que trujeron mis verdugos.
A mí, tam. A José Vacancela tam.
A Lucas Chaca tam. A Roque Caxicondor tam.
En plaza de Pomasqui y en rueda de otros naturales
nostrasquilaron hasta el frío la cabeza.
Oh, Pachakamak, Señor del Universo,
nunca sentimos más helada tu sonrisa,
y al páramo subimos desnudos de cabeza,
a coronarnos, llorando, con tu Sol.A Melchor Pumaluisa, hijo de Guápulo,
en medio patio de hacienda,
con cuchillo de abrir chanchos, cortáronle testes.
Y, pateándole, a caminar delante
de nuestros ojos llenos delágrimas.
Echaba, a golpes, chorro de ristre de sangre.
Cayó de bruces en la flor de su cuerpo.
Oh, Pachakamak, Señor del Infinito,
Tú, que manchas el Sol entre los muertos.
Y vuestroTeniente y Justicia Mayor
José de Uribe: "Te ordeno".
Y yo, con los otros indios,
llevábamosle a todo pedir,
de casa en casa, para sus paseos, en hamaca.
Mientras mujeres nuestras, conhijas, mitayas,
a barrer, a carmenar, a tejer, a escardar;
a hilar, a lamer platos de barro —nuestra hechura—.
Y a yacer con Viracochas,
nuestras flores de dos muslos,
para traer almestizo y verdugo venidero.
Sin paga, sin maíz, sin runa-mora,
ya sin hambre de puro no comer;
sólo calavera, llorando granizo viejo por mejillas,
llegué trayendo frutos de la yunga
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