Psicologa

Mujer de Mar



Muchas veces en los primeros años de nuestra profesión, leemos y escuchamos hablar del “significante de la transferencia”, intentamos, muchas veces sin conseguirlo, el “captar”, “escuchar”, “identificar” ese significante, en el discurso de nuestros primeros pacientes. Ese significante, “El” significante, es aquél que se produce, como una formación del mismo analizante y quemarca, por decirlo de algún modo, su particular entrada en análisis. Muchas veces es escurridizo y casi pasa inadvertido, hasta que se nos revela como una aparición y por fin logramos construirlo, identificarlo y unirlo a la historia de nuestro paciente.

El significante del que les hablo, el significante de la transferencia, es aquél que en el algoritmo de la entrada en análisis, Lacan postulacomo un constituyente “ternario” entre los significantes inconscientes del sujeto y el sujeto mismo. Ese significante es una formación que surge del mismo analizante muchas veces producto del azar, o la buena suerte.

Paso a relatar una pequeña viñeta que puede dar cuenta de que este significante, que marca la instalación del sujeto supuesto saber, y con ello la entrada en análisis de unapaciente, es en este caso, producto del completo azar:

Stella comienza su tratamiento en el Centro Dos preocupada por la relación que tiene con sus hijos adolescentes. Ella tiene hoy la misma edad que tenía su madre cuando murió de un cáncer que la tuvo enferma más de seis años, es decir casi toda su adolescencia. Falleció a los 47 años cuando mi paciente tenía 18.

“Cuando ella murió, yo no lloré.Casi que no hablaba. Mi tía se preocupó tanto que me mandó a una psicóloga. Ella (la psicóloga) me dijo: - “Vos guardaste todos tus sentimientos en un frezzer”. Yo iba a las sesiones y no le hablaba. Pasábamos toda la hora en silencio. Súper incómodo era. No me daba ganas de decirle nada. No me gustaba, sentía que no me conectaba, no tenía nada que decirle.”

En las primeras entrevistas hablamuy poco y cuenta muy por encima cosas de su trabajo, peleas con sus hijos y problemas cotidianos. Casi siempre viste de negro. De los pies a la cabeza. Siempre tiene una sonrisa y se muestra cordial y calma.

Pero con el correr de las sesiones y a partir de ciertas intervenciones relacionadas con su “ser madre”, que fue el motivo de consulta, comienza a hablar de su madre, de los recuerdos queella tiene de su infancia de lo duro y triste que fue ser criada por su abuela (que en más de un fallido llama mamá) y ver a su madre enferma y débil.

Una tarde entra al consultorio pálida, sin maquillaje, la mirada denotaba una gran tristeza:

“No sé qué me pasó, ayer estaba ordenando los tarros de la alacena de mi cocina y me agarró una crisis de llanto. Yo no lloro nunca, bah… es muy raro.Y no podía parar…no me gusta. ”

Aparece la angustia, y con ella la confusión. Le molesta estar angustiada, la enoja. ¿Con quién?

Cuando le pregunto qué había estado haciendo, si había tenido algún recuerdo, etc. Dice que el día anterior había regresado de Mar del Plata con su hijo, y que se había acordado en el viaje mucho de su madre… pero que no sabía por qué lloraba. Lo repite variasveces como para sí misma… “no sé porqué lloraba…”.

“Todos los recuerdos que tengo de ir a Mar del Plata, para mí son felices. Mar del Plata era el lugar que mi mamá amaba. Ahí nos llevaba siempre de vacaciones. Recuerdo ir de su mano caminando junto al mar y a ella cantando y riéndose junto a mi hermano y a mí. Tanto le gustaba el mar a ella, que me puso de nombre Stella Maris, que es la virgenprotectora del mar… El Mar siempre me gustó, tiene algo de mi infancia….bueno, justo vos también tenés un nombre que tiene que ver con el mar… te llamás Marina”.

Así, un significante cualquiera, azaroso, mi nombre propio, Marina, se presenta como un significante que posibilita la transferencia conmigo como su analista. Un significante que marca las coordenadas de su elección de analista y lo...