psicologia del desarrollo
En el principio fue la realidad relacionada. Ocioso preguntarse, así las cosas, si fue antes el huevo o la gallina, el individuo aislado preciso para la formación de la pareja, o la pareja relacionada a partir de la cual surgiría el individuo; sea como fuere, y sin pretender entrar en el asunto, el caso es que una vez concebidas las personas helasahí ya entonces realidades relacionales: de la relación han venido, de la relación vienen, a la relación van. Hay >persona porque hay >relación (aunque sea relación no consciente); hay relación porque hay persona (aunque sea persona no consciente). La relación es un >entre, un diá-logo constituyente desde el principio hasta el final: «La índole peculiar del nosotros se manifiesta porque, en susmiembros, existe o surge de tiempo en tiempo una relación esencial; es decir, que en el nosotros rige la inmediatez óntica que constituye el supuesto decisivo de la relación yo-tú. El nosotros encierra el tú potencial. Sólo hombres capaces de hablarse realmente de tú pueden decir verdaderamente de sí nosotros»3. Cuando en el entre relacional la personalización vence sobre la cosificación es cuando seproduce (por así decirlo con M. Buber) el roce con la eternidad, la comunicación perfecta, nada menos que el nosotros verdadero. Y en caso contrario, acaece el nosotros falso, el nos-otros perverso.
RELACIÓN: COMUNICACIÓN, ENCUENTRO. Así pues, el entre relacional presenta una naturaleza intencional o in-tensional, pues desde él se pone de manifiesto que el vivir del >yo consiste en un con-vivir,en un tender, en un vivir polarmente tensionado, en un entregarse de una u otra forma al otro polo relacional (el polo del tú, el noema) a partir del cual esculpe el suyo propio, al tiempo que -por idéntico motivo- el otro polo descubre por su parte su propia identidad gracias al polo distinto al suyo. >Autonomía abierta, pues, donde el >sí mismo no se ensimisma, la persona ejercita por ende lalibre afirmación de su ser como apertura constitutiva desde el inicio: biológica, fisiológica, psicológica, anímica, humanamente en suma. Socialidad dialogante desde el primer instante, toda su existencia, pues, consiste en estar siendo desde la ek-sistencia (desde el existir a partir de), desde la ex-centricidad (desde el tener su centro a partir de los otros), de suerte que alcanza su condiciónde centro propio en la intercomunicación con otros centros humanos que, por su parte, la constituyen a ella misma desde sus respectivas centralidades.
Siendo-en-el-mundo, la realidad personal se evidencia como entidad relacionada, circunstanciada; de ahí que la célebre frase orteguiana «yo soy yo y mis circunstancias» no deba interpretarse como un yo cerrado o clausurado, que en un segundo momentohubiera de abrirse a las circunstancias foráneas, como si se tratase de un yo antecedente y separado, al que luego se le añadirían, desde el exterior, unas circunstancias consecuentes que nada hubieran tenido que ver conmigo, sino que, muy al contrario, lo que dicha frase indica es que la estructura original y originaria del yo es serlo como un yo que no podría ser pensado jamás como tal yo sinsus peculiares circunstancias, esto es, como un yo-y-mis-circunstancias, desde el inicio mismo de mi propio y más íntimo yo. De ahí también que en el caso de la relación personal prevalezca sobre cualesquiera otras modalidades relacionales la permanente dialéctica del perderse-encontrarse, del engagement-dégagement (E. Mounier), del dar(se)-recibirse, del desposeerse-poseerse, hasta el extremo depoderse afirmar sin vacilación que en la relación humana sólo se posee aquello que se da y que únicamente posee quien da, pues (antítesis de las garras y de la mano prensil) cuando son auténticamente humanas, las manos transforman tanto más cuanto más vacías se quedan.
En resumen, no busque nadie la humanidad en el egocentrismo, en el aislacionismo, en el solipsismo, sino la identidad a través...
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