Psicologia
JOSEP Mª RUEDA.
Psicólogo Ayuntamiento de Barcelona
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1. Introducción
Es importante constatar el cambio que se ha producido desde el primer Congreso de Psicología de 1984 y este segundo de 1990 por referencia al psicólogo en los servicios sociales. Recordad que en aquel congresosimplemente no existíamos, estábamos metidos en un cajón donde había de todo y nosotros. Recordad también que la propuesta que allí se hizo, y así consta oficialmente en los documentos, era crear un espacio específico donde se estableciera una nueva modalidad de Psicología, la de intervención social o intervención psico-social y, aunque no se recogió oficialmente, también se propuso allí elinicio de una coordinadora de psicólogos de la intervención social a nivel del Estado español y que hoy es ya una realidad como organización.
2. Antes de pasar a exponer mis ideas sobre el asunto que nos convoca, nos gustaría también dejar patente el trabajo que en las Delegaciones se ha realizado y que ha sido lo que ha hecho posible esta realidad. Mí experiencia ha ido muy asociada al colectivo depsicólogos de Andalucía (especialmente de Sevilla y Huelva), de Valencia, de Galicia, últimamente al de Mallorca y siempre al colectivo de psicólogos de Cataluña (especialmente de Barcelona), además de relaciones muy ricas con compañeros y compañeras de Madrid, Zaragoza y Murcia. Es justo que los mencione aquí porque si aportamos algo interesante ha sido fruto de esos contactos, de esos trabajos.3. He de decir también que la riqueza de modelos y de experiencias que estaban surgiendo en las diversas comunidades, ha entrado en retroceso y se ha puesto en peligro al aparecer el Plan de Prestaciones Básicas (PPB). Es importante analizar esta situación y actuar en consecuencia.
A mi parecer, y es importante dejarlo claro, el PPB representa un paso adelante en cuanto a la extensión,normalización y financiación de unos mínimos servicios sociales comunitarios. Debe reconocerse y valorarse el esfuerzo que se ha realizado desde el ministerio. Lo que no se ha controlado es que el PPB, en lugar de estimular y mejorar los modelos existentes, a veces se ha presentado como alternativo y como modelo y ha impuesto una excesiva formalización y rigidez que ha ahogado las diversas iniciativas.
4.Otro aspecto que me parece interesante señalar en la introducción es el hecho de que en las sesiones propuestas del congreso parece como si los temas estuvieran agotados, parece como si estuvieran agotados, parece como si estuviéramos cerrando la etapa de los ochenta y no sepamos cómo abrir la etapa de los noventa. Cuando hablamos del psicólogo lo hacemos estereotipadamente. Si lo que sabemossirvió para iniciarnos, ahora se vuelve insuficiente para continuar en el camino.
5. No está de más recordar que el esfuerzo, que ha representado para muchos psicólogos sin formación específica, sin modelos claros, sin encuadre jurídico profesional, sin condiciones laborales claras, etc., ha hecho que algunos abandonaran, otros perdieran la fe y se volvieran escépticos a la profesión, al trabajo, alos servicios sociales comunitarios y algunos pervirtieran el encargo y el objeto y pasaran a hacer aquellas cosas que saben hacer en lugar de hacer lo que debieran hacer. Por suerte esto no es lo normal, son pocos, pero ellos han pagado ya la imprevisión del sistema.
El sistema, al detectar esos problemas, se venga en nosotros poniéndonos en cuarentena; no nos define en equipos como profesionalesidóneos, no nos tiene en cuenta en los consejos asesores, etc. Esto debe cambiar.
6. A pesar de todo, hoy es una realidad la presencia de los psicólogos en los servicios sociales, pero hemos de conseguir que sea una realidad la Psicología de la intervención o de la mediación social. Está bien que haya psicólogos en los servicios sociales, pero estaría mejor que eso garantizara que somos...
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