psicologia
Nicolás Ontiveros Castro
ALUMNA
Miriam Meraz Quintero
MATERIA
Metodología para la investigación
Trabajo 1
02/10/2013
LAS ETIQUETAS QUE PONEMOS A LAS PERSONAS
“Qué niño tan huevon”, “No seas llorona”, “Eres un malcriado”…”Ingrato mal agradecido” son algunas de las etiquetas que en ocasiones colgamos a nuestros hijos, amigos o público en general cuando reiteran una conducta ocuando nuestros juicios equivocados las más de las veces salen a flote.
No lo hacemos con la intención de ofender, pero si lo repetimos varias veces, sobre todo cuando eres niño puedes sentir que te limitan, y con ello desarrollar un patrón de conducta que por mucho que hagas cuando crezcas no conseguirás cambiar. A los niños (y a todo mundo) debemos animarlos y darles la oportunidad demejorar su personalidad.
Goethe dijo: “Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser y las ayudarás a convertirse en lo que son capaces de ser.” Yo creo que es verdad, a la gente debes de empoderarla a recordar y descubrir todo su talento y potencial, lo que menos necesitan es que les coloques grilletes psicológicos.
La cuestión de las etiquetas es, sencillamente hablando, una cuestión delímites, pero en el sentido negativo de la palabra.
La capacidad que los niños y jóvenes tienen para aprender está limitada por un lado por su herencia genética (por supuesto) y por otro lado por el ambiente más o menos favorable en el que se desenvuelvan, la sociedad y las “normas” para domesticarnos por lo general terminan aniquilando la luz interior que cada quien lleva dentro y con ello seolvida el propósito para el que fuimos enviados a este plano.
Las etiquetas son límites que tal vez sin querer, solo por habito o por seguir la tradición (tradúzcase: seguir en la borregada), imponemos a los hijos, haciéndoles estructuras en las cuales deben caber y a las que deben amoldarse respondiendo a las limitadas expectativas que hemos puesto sobre ellos…. Se por experiencia (por que soy mamáde dos), que los padres no hacemos esto adrede, en realidad nadie nos ha enseñado a ser padres y tan solo repetimos el patrón conocido que hemos visto en nuestra propia historia familiar.
A ver, te suena conocido esto?
“¿Siempre has de ser tan terco?”; “¿Lo ves? Es que eres un idiota, no haces nada bien hecho”; “Deja de mirarte en el espejo de una vez, presumida”. “Estas engordando comomarrano”, “Deberias de ser como tu hermano”, “Igualita a tu padre!!! Con esos dejos de rencor o de negatividad que mas que nada ofrecen un tono despectivo…ufffffffff!!!! Mensajes como éstos acompañan el quehacer diario en los hogares. Son aparentemente neutros (Ajá!!!), y la mayoría de veces inconscientes, pero debes de replantearte y revisar si realmente con eso ayudas a los demás a avanzar correctamenteo si por el contrario estas cerrando la puerta al cambio y al aprendizaje, o peor aún: propiciando un desarrollo equivocado en la conducta y personalidad de otro individuo (sabes perfectamente que a veces una etiqueta colocada justamente en la parte más vulnerable puede marcar tu vida).
Ahora bien, hasta este punto solo he hablado de la actitud de un padre o madre hacia sus hijos pequeños, peroel tema es bastante amplio ya que si no eres padre al menos eres hermano o amigo o simplemente compañero de ruta de alguien, y se (por qué lo sé), que las etiquetas fluyen al mil por ciento en todas las direcciones… las etiquetas son el resultado directo de los JUICIOS, LAS PROYECCIONES PERSONALES O SIMPLEMENTE EL NO ENENDIMIENTO DE ALGO en cuyo caso es más fácil criticar o “etiquetar” que abrirsea comprender una realidad diferente.
Bernabé Tierno, en su libro “Tu hijo, problemas y conflictos”, nos cuenta un fragmento de la carta que unos padres le escriben: “Por segunda vez, ante el miedo a entregarnos las notas, porque la criatura no levanta cabeza en los estudios, mi hijo de doce años se ha marchado de casa. Hemos pasado toda la noche en vela, y cuando esta mañana mi marido se ha...
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