psicologia
Es verdad que la naturaleza no nos exigía limitar en nada nuestras pulsiones, las consentía; pero tiene su modoparticularmente eficaz, de limitarnos: nos mata, a nuestro parecer de una manera fría, cruel y despiadada, y acaso a raíz de las mismas ocasiones de nuestra satisfacción. Justamente por esos peligros con que lanaturaleza nos amenaza nos hemos aliado y creado la cultura, que, entre otras cosas, también debe posibilitarnos la convivencia. Y por cierto la principal tarea de la cultura, su genuina razón deexistir, es protegernos de la naturaleza.
Ya sabemos cómo reacciona el individuo frente a los daños que le infieren la cultura y sus prójimos: desarrolla un grado correspondiente de resistencia a susnormas, de hostilidad a la cultura. Pero, ¿cómo se defendería de los hiperpoderes de la naturaleza, del destino, que lo amenazan tanto a él como a los demás?
Acaso se esté todavía indefenso, pero yano paralizado y desvalido: al menos se puede reaccionar; y hasta quizá ni siquiera se esté indefenso, puesto que contra esos superhombres violentos de ahí fuera pueden emplearse los mismos medios deque uno se sirve en su propia sociedad, puede intentar conjurarlos, apaciguarlos, sobornarlos, arrebatándoles una parte de su poder mediante esos modos de influjo. Semejante sustitución de una cienciade la naturaleza por una psicología no procura un mero alivio momentáneo; enseña también el camino para un dominio ulterior de la situación.
Con el paso del tiempo, se observan por primera vezregularidades y leyes en los fenómenos de la naturaleza, cuyas fuerzas pierden entonces sus rasgos humanos. Pero el desvalimiento de los seres humanos permanece, y con él su añoranza del padre, y losdioses. Estos retienen su triple misión: desterrar los terrores de la naturaleza, reconciliar con la crueldad del destino, en particular como se presenta en la muerte, y resarcir por las penas y...
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