Psicologia

UNIVERSIDAD POLITECNICA SALESIANA
FACULTADE DE CIENCIAS HUMANAS Y DE LA EDUCACION
CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
PSICOLOGIA
GRUPO 304
Joseph Calvopiña R. Martes, 5 de noviembre del 2012

EL MALESTAR EN LA CULTURA
El psicoanálisis a demostrado que las personas llamadas neuróticas son precisamente las que soportan estas frustraciones de la vida sexual, ya que les deparan unsufrimiento ya sea por sí mismo o por las dificultades que les ocasionan con el mundo exterior y la sociedad. La cultura aun exige otros sacrificios además de los que afectan a la satisfacción sexual.
Al derivar la antítesis entra la cultura y la sexualidad del hecho de que el amor sexual contribuye una relación entre dos personas implicando que la cultura necesariamente tenga unas relaciones mayornúmero de personas. El eros traduce con mayor claridad el nucleó de su esencia, su propósito fue el de decir a varios individuos ser uno solo, pero se resiste a ir mas lejos ya que el enamoramiento es siempre de dos personas, pero la cultura no tendrá ninguna necesidad a sustraer la energía a esta dicha sexualidad. La realidad nos muestra que la cultura no se conforma con los vínculos de unión quehasta ahora hemos concedido, sino que también pretende ligar a los miembros de esta comunidad con lazos libidinales para llegar al fin de un recurso para poder identificarlos entre ellos, pasa así poder reforzar los vínculos de comunidad mediante los lazos amistosos.
La verdad oculta tras de todo esto, que negaríamos de buen grado, es la de que el hombre no es una criatura tierna y necesitada deamor, que sólo osaría defenderse si se le atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones instintivas también debe incluirse una buena porción de agresividad. El prójimo no le representa únicamente un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo sin retribuirla, para aprovecharlosexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, martirizarlo y matarlo.
La existencia de tales tendencias agresivas que podemos percibir en nosotros mismos y cuya existencia suponemos con toda razón el prójimo es el factor de la perturbación en la relación con los semejantes, imponiendo a la cultura tal despliegue de preceptos.Entre todas las nociones gradualmente desarrolladas por la teoría analítica, la doctrina de los instintos es la que dio lugar a los de más arduos y laboriosos progresos. El apoyo el aforismo de Schiller, el poeta filósofo, según el cual «hambre y amor» hacen girar coherentemente el mundo. Bien podía considerar el hambre como representante de aquellos instintos que tienden a conservar al individuo;el amor, en cambio, tiende hacia los objetos: su función primordial, favorecida en toda forma por la Naturaleza, reside en la conservación de la especie. Para designar la energía de los últimos y exclusivamente para ella se introduce el termino libido, con esto la polaridad quedo planteada entre distintos del yo y los instintos libidinosos dirigidos a objetos, pulsiones amorosas en el más ampliosentido. La neurosis venía a ser la solución de una lucha entre intereses de la auto conservación y las exigencias de la libido, una lucha en la que el yo, si bien triunfante había pagado el precio de graves sufrimientos y renuncias. De tal manera el propio instinto de muerte seria puesto servicio del Eros, pues el ser vivo destruirá algo exterior animado o inanimado en lugar de destruirse almismo.
La investigación y la especulación futuras nos suministran, con seguridad, la decisiva claridad al respecto. En todo lo que sigue adoptaré, pues, el punto de vista de que la tendencia agresiva es una disposición instintiva innata y autónoma del ser humano; además, retomo ahora mi afirmación de que aquélla constituye el mayor obstáculo con que tropieza la cultura.
Nuestra presente situación...